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Sergio García, el triunfo de un madridista universal

Era la 1:30 de la madrugada del lunes en España cuando Sergio García embocó el putt definitivo para llevarse el Masters de Augusta 2017. La euforia vivida en el Augusta National Golf Club con el triunfo del castellonense se trasladó a España en plenas horas de sueño, gracias al deseado y merecido triunfo de un golfista universal, querido en su tierra nativa y en la de adopción, un hombre de sentimientos y amante del fútbol y del Real Madrid.

Hace 18 años, en 1999, Sergio ya venció en el Masters de Augusta en calidad de golfista amateur, previo a su paso al profesionalismo, donde 74 majors después, pudo levantar de nuevo los brazos. Se puso la chaqueta verde en honor al campeón después de muchas, muchas críticas, y dándole la vuelta a la situación cuando parecía imposible, cuando su rival, Justin Rose, parecía encaminado a quitarle de nuevo la gloria en el último momento.

Este triunfo encarna a la perfección los valores del madridismo que García lleva dentro y no ha dudado en demostrar abiertamente. Celebrando los títulos del Real, o en el campo de golf, donde incluso ha llegado a mostrar el escudo del Madrid en las fundas de sus palos.

Sergio es, por encima de todo, un jugador querido en el circuito profesional. En Augusta, a pesar del máximo respeto por todos los golfistas, se notaba una mayor euforia cuando el español lograba un buen golpe. Deseaban ese triunfo tanto como el propio Sergio.

Fruto de su simpatía, le han llegado a ‘vacilar’ en actos publicitarios con sus colores futbolísticos. En un anuncio de Taylor Made, su marca de palos, le colocaron un dron con el mensaje «Força Barcelona», que García, entre risas, no dudó en derribar con su driver. «Estás jugando con fuego», advirtió.