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Modric engancha al Madrid a la Liga

  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Como no conviene arreglar lo que no está roto, Zidane repetía en Granada el mismo equipo que arrasó hace una semana al Espanyol. No está la Liga para rotaciones ni tampoco el plácido mes de enero, con un partido a la semana, obliga a Zizou a repartir esfuerzos. Así que el Real Madrid se plantaba en Los Cármenes presumiendo de arsenal ofensivo en plan Kim Jon-ung.

De salida el Granada se mostraba descarado y valiente, con la línea de cuatro defensas muy adelantada en un intento de alejar a los delanteros del Real Madrid del área de Andrés Fernández. Le costaba a los blancos sortear la presión de los de Sandoval con muchos rivales que esquivar y poco sitio para circular, como si estuvieran en un atasco en hora punta.

A los siete minutos tuvo la primera el Madrid. Modric filtró un pase en tres cuartos de campo para la incorporación de Carvajal, que subía como un avión por su banda. El centro del canterano al área lo enganchó Benzema con un remate mitad chilena, mitad escorzo, que se perdió fuera.

Replicó el Granada con una contra de vértigo comandada por Peñaranda, futbolista y velocista. La salida medio blanda de Keylor fuera del área evitó el peligro y la jugada acabó en fuera de juego. Respiraba Zidane pero no estaba cómodo el Real Madrid en el arranque del partido.

Aun así, Cristiano tuvo en sus botas poner por delante al Madrid después de que James trazara una magnífica diagonal para la carrera desbocada del luso por la banda izquierda. Ronaldo desbordó por potencia, pero su disparo cruzado con la zurda lamió por fuera el poste de Andrés. Perdonaban los de Zidane, que necesitaban un gol más que Pedro Sánchez un pacto de gobierno.

Atasco en Granada

El Madrid buscaba a Modric desesperadamente, pero el croata, perdido en el triángulo Rochina-Rico-Pérez, estaba comunicando. A los de Zidane le crecían los problemas en Los Cármenes: falta de fluidez con la pelota, demasiadas pérdidas de balón y desaparición de jugadores decisivos en el último pase como Isco y Benzema.

A los 23 minutos Lombán despejó en boca de gol un pase de la muerte de Modric para Cristiano. Pero eran jugadas aisladas. El Madrid estaba incómodo como un niño con varicela. El planteamiento de Sandoval era un picor insoportable para los de Zidane, imprecisos y atascados, incapaces de tomar los mandos del partido.

Carvajal celebra el gol de Benzema. (Reuters)

Y así fue hasta que a la media hora apareció Isco para meter un pase entre líneas para Carvajal, que vive sus mejores días en el Madrid. El lateral remontó la línea de fondo, levantó la cabeza y puso un pase medido para un Benzema emboscado entre los centrales del Granada. El galó remató de primeras y batió a Andrés en boca de gol. Otra vez Karim adelantaba al Madrid.

El tanto fue una infusión de tila para los de Zidane. El Granada acusó el golpe, pero intentó levantarse como Stallone en las pelis de Rocky. El Madrid trató de reorganizar las filas y protegerse un poco a la espera de que aparecieran los espacios para lanzar a sus delanteros en busca de una contra que cerrara el partido. Y en esas llegó el descanso.

En la reanudación volvió a apretar el Granada, que puso en apuros al Madrid tras una jugada de Success, que acabó en córner. Respondió Modric con una volea lejana que despejó Andrés a mano cambiada. El partido era puro rock and roll, con ida y vuelta hacia las áreas y con poco peso del centro del campo.

El que perdona, lo paga

Pudo sentenciar el partido Benzema en una jugada coral dentro del área, pero su disparo se estrelló contra el lateral de la red. Los de Zidane buscaban el segundo, pero el Granada no reuía el intercambio de golpes. De nuevo Karim la tuvo en el 56 después de un pase magistral de Modric, pero Andrés Fernández salvó in extremis el segundo de los blancos con una mano salvadora.

Y como en el fútbol quien perdona lo paga, el Madrid pasó del 0-2 al 1-1 en un decir amén. Fue una pérdida de Modric, que se estorbó con Gil Manzano y el balón acabó en los pies de Rochina. El-Arabi acompañaba la jugada por la derecha. El francés definió por debajo de las piernas de Keylor Navas, que salió mal y a destiempo.

Le tocaba remar al Madrid si no quería llorar la Liga en Granada. Un gol bien anulado a El-Arabi se los puso de corbata a Zidane, que veía cómo sus jugadores no reaccionaban. Estaba ya James en la ducha y Jesé en el campo en busca del desborde perdido. Pero el equipo se había caído del todo, falto de personalidad y de orden para gobernar el partido.

El Madrid parecía el ejército de Pancho Villa o, peor aún, el Ayuntamiento de la Carmena: un equipo de jovenzuelos donde cada uno hace la guerra por su cuenta. No había sentido colectivo del juego, sólo ramalazos individuales, que solían morir en los muros de la nutrida y bien colocada defensa del Granada.

Y cuando parecía que al Madrid se le iba a escapar la Liga, Modric enganchó un derechazo desde 25 metros que se coló por la escuadra de Andrés Fernández. Era un gol que servía para enganchar a los de Zidane a la pelea por la Liga, aunque jugando como en Los Cármenes, más temprano que tarde los blancos volverán a tropezar. El Madrid necesita dejar de ser un equipo de andar por casa y empezar a jugar fuera igual que en el Bernabéu.