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'Caso Rubiales'

Jenni Hermoso ante el juez: «Rubiales cogió mi cabeza con fuerza y no pude responder»

"Rubiales me dijo que le estaban llamado 'acosador' y que le ayudara, yo le dije que no"

La jugadora de la selección española de fútbol Jenni Hermoso ha ofrecido  este lunes su testimonio ante la Fiscalía sobre el polémico beso del ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol Luis Rubiales durante la celebración del Mundial. En su declaración en la primera sesión del juicio en la Audiencia Nacional, Hermoso ha detallado los acontecimientos que, dice, empañaron «uno de los momentos más importantes» de su carrera deportiva. Como había adelantado OKDIARIO, la delantera madrileña ha renunciado a un biombo y se ha visto cara a cara con el ex dirigente federativo.

«Vi que me estaba besando mi jefe y eso no tiene que pasar», ha dicho Hermoso ante las preguntas de la fiscal Marta Durántez, describiendo el momento en que Rubiales la besó sin su consentimiento tras la victoria de España en la final del Mundial. La futbolista relató cómo los hechos se desarrollaron en cuestión de segundos: «Me cogió la cabeza con fuerza, sin capacidad de reaccionar. Fueron milésimas de segundo».

Según el testimonio de Hermoso, el incidente comenzó cuando subió al podio. Rubiales le dijo «hemos ganado gracias a ti» y, acto seguido, puso sus manos en sus orejas antes de besarla. La jugadora describió cómo intentó resistirse: «Me sostengo, echo mi cuerpo para atrás y me eleva las piernas hasta su cintura». A pesar del ruido ambiente y la música, Hermoso es tajante al afirmar que en ningún momento Rubiales le pidió permiso para besarla, y añadió que, de haberlo hecho, no habría accedido.

La internacional española niega categóricamente que existiera una relación de confianza que justificara tal comportamiento: «Jamás le había proporcionado besos antes como forma de saludo». Hermoso explica que su forma habitual de saludar es dar «dos besos en la mejilla en España, uno en México».

El impacto del incidente fue inmediato entre sus compañeras de equipo, quienes al bajar del podio le comentaron «qué fuerte» había sido la situación. La gravedad de lo sucedido se hizo más evidente cuando Hermoso fue llamada al vestuario: «Nosotras no éramos tan conscientes de lo que pasa fuera, soy la única a la que me llaman al interior del vestuario».

Crisis posterior

Uno de los aspectos más controvertidos fue el intento de gestionar la crisis mediante un comunicado que supuestamente había escrito la propia jugadora: «Me dicen que lea un comunicado para enviarlo a las noticias y que el fuego se vaya acabando. Lo leí por encima en el móvil, ni quise ver lo que decía porque yo no había dicho ni una palabra del mismo».

La futbolista expresa ante la Fiscalía cómo el incidente afectó a lo que debería haber sido uno de los momentos más felices de su carrera: «Me había costado mucho esfuerzo llegar hasta ahí y pensé: ¿por qué me tiene que pasar esto a mí, después de tanto trabajar?». Hermoso dice que se sintió «violentada en su integridad sexual como mujer» y «poco respetada», subrayando que «fue un momento que mancharon uno de los días más felices de mi vida».

Hermoso ha asegurado que su denuncia inicial en la Fiscalía General del Estado fue voluntaria y no producto de presiones externas. Cuando se le preguntó si se vio obligada a denunciar, su respuesta fue un rotundo «no», añadiendo que ya tenía la intención de hacerlo previamente. La jugadora manifestó que, aun siendo informada de los pros y contras de presentar la denuncia, decidió seguir adelante con el proceso legal.