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Conchita y Arantxa Sánchez Vicario cayeron en la final

Garbiñe Muguruza, contra el gafe español en Australia

Garbiñe Muguruza tiene una cita con la historia este sábado en la final del Open de Australia, ya que hasta ahora ninguna tenista española ha sido capaz de ganar el torneo. Arantxa Sánchez Vicario y su actual entrenadora, Conchita Martínez son las únicas que la han jugado y perdieron

Garbiñe Muguruza ha recuperado la sonrisa con Conchita Martínez. Está jugando a un gran nivel y atrás ha dejado a grandes rivales como Svitolina, Bertens o Halep, todas ellas entre las 10 primeras del ranking. Pero el sábado tendrá ante sí una misión todavía más complicada, ganar el Open de Australia algo que no ha conseguido ninguna tenista española en la historia del primer grande del año.

Arantxa Sánchez Vicario y su actual entrenadora, Conchita Martínez, ya estuvieron en esta situación pero cedieron en la final y no lograron levantar el título. La primera lo rozó hasta en dos ocasiones, pero en 1994 cayó frente a Steffi Graf (6-0 y 6-2) y en 1995 perdió contra Mary Pierce (6-3 y 6-2). Mientras que la aragonesa disputó la final del torneo aussie en 1998 ante Martina Hingis (6-3 y 6-3).

Ambas se quedaron con la miel en los labios. Conchita vuelve ahora a la final de Australia como entrenadora de Garbiñe con la esperanza de que su pupila consiga lo que no pudo lograr ella. La tenista de Caracas disputará su cuarta final de Grand Slam en busca de poner fin a ese gafe de las españolas en Melbourne.

Muguruza quiere confirmar su buen momento levantando su primer título de la temporada, y para ello deberá superar a Sofia Kenin que eliminó a la número uno del mundo, Ashleigh Barty. La estadounidense, número 15 de la WTA, jugará su primera final de Grand Slam ante una Garbiñe que ha ganado dos de las tres que ha jugado (perdió en Wimbledon 2015, ganó Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017).

Este sábado a las 9:30 horas ambas tendrán una cita con la historia, ya que la ganadora conquistara por primera vez el Abierto de Australia. La española tendrá la difícil tarea de poner fin a la mala racha del tenis femenino español en Melbourne, aunque desde que pisó la Rod Laver Arena en segunda ronda frente a Tomljanovic no ha parado de volar sobre la pista.