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Así es el árbitro Felix Brych: maestro de Aytekin y experto en liarla

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

En Oporto pronunciar el nombre de Felix Brych es sinónimo de afrenta. El colegiado alemán se cargó de un plumazo las posibilidades de los portugueses en la presente Champions tras expulsar en el minuto 26 de la ida de octavos de final a Alex Telles. Sacó dos amarillas en un minuto al lateral zurdo de un Oporto que cayó como fruta madura en el partido perdiendo por 0-2 en su campo.

Es sólo una muestra de la sangre caliente de un Felix Brych que no respeta la norma de la Champions de avisar antes de amonestar. Fernando Torres, la pasada temporada, también puede dar testimonio de ello tras ser enviado a la caseta en el minuto 35 tras mostrarle también dos amarillas en un periodo de 10 minutos en el Camp Nou. El Niño se enfadó de lo lindo con aquella decisión.

Felix Brych tiene el gatillo muy fácil en los compromisos internacionales. Cuanto más gente le vea, más protagonista quiere ser y para muestra otro ejemplo. En el reciente partido de clasificación para el Mundial entre Bélgica y Grecia, el duelo acabó en tangana después de que perjudicara los intereses de los helenos con dos expulsiones.

Jugadores como Casemiro o Khedira tendrán que ir con cuidado con un árbitro que no sólo tiene fama de expulsar a los jugadores pronto, sino que además es muy tarjetero. En esta temporada, ha mostrado 147 amarillas en los 31 encuentros que ha dirigido saliendo a una media próxima de cinco.

Para la UEFA, Felix Brych es un árbitro fiable y se encuentra dentro de su top-10, aunque tampoco es menos cierto que el nivel de arbitraje en Alemania se encuentra entredicho teniendo en cuenta que el número dos del país es Deniz Aytekin. No hace falta añadir mucho más sobre este colegiado.

El Real Madrid se teme que el colegiado tenga ganas de protagonismo y con sus decisiones pueda condicionar la final de Champions. En la memoria todos está una de las mayores pifias de la última década cometida por el colegiado en un Hoffenheim-Bayer Leverkusen en la Bundesliga en 2014.

Stefan Kiessling, delantero del Leverkusen, cabeceó un córner. La pelota se marchó lejos de la portería, pero un agujero en la red permitió que se colara en el fondo, tal y como si el remate en realidad hubiera entrado. El propio jugador se llevó primero las manos a la cabeza por la ocasión fallada y luego, celebró, medio sorprendido, la consecución del tanto que Felix Brych dio por válido. El madridismo no puede estar tranquilo.