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Los errores arbitrales marcan una jornada de Champions para olvidar

La segunda jornada de la Champions ha estado marcada por los errores arbitrales

Los errores arbitrales salpicaron el Oporto-Barcelona

Esta segunda jornada de la fase de grupos de la Champions League ha estado principalmente marcada por los errores arbitrales. Y todos ellos con un denominador común: dichas polémicas se han producido en los partidos de los equipos españoles. A excepción del encuentro de la Real Sociedad ante el Salzsburgo, donde los de Imanol Alguacil rozaron la perfección, tanto Real Madrid, como Barcelona, Sevilla y Atlético de Madrid vivieron (para bien o para mal) en sus propias carnes los errores arbitrales.

Bien es cierto que el nivel de los árbitros en Europa dista mucho del de los españoles en la Liga y que los errores arbitrales en la Champions League en los últimos años se cuentan con los dedos de las manos. Se dijo que el VAR llegaba para mejorar el fútbol, pero varios años después, ciertas normas en el juego, especialmente con las manos, todavía deben cambiar y mejorar para que no existan contradicciones en cada jornada de la máxima competición europea.

El primer error y uno de los grandes escándalos de esta segunda jornada de la Champions vino con la mano pitada a Nacho Fernández contra el Nápoles. El central del Real Madrid se fue al suelo para frenar un disparo de Osimhem y en el rebote le tocó la mano. El VAR lo revisó y confirmó la decisión del colegiado de campo. El conjunto italiano aprovechaba la oportunidad desde los once metros y ponía por aquel entonces el empate (2-2). Por fortuna para los intereses blancos, los de Carlo Ancelotti pudieron anotar un gol más y sumar los tres puntos. De no haber sido así, el escándalo arbitral habría sido aún mayor.

Por desgracia, el Sevilla no fue el único perjudicado en aquella noche del martes en la Champions. Las manos, una vez más, volvieron a desesperar a un equipo que vio como el colegiado les arrebataba los tres puntos. Primero con un gol anulado por presunta mano de Pedrosa antes de hacer el que habría sido el primer gol del partido. En un mal despeje del defensa del PSV, el balón golpeó en el jugador hispalense y este se hizo con la posesión, se adentró en el área y acabó batiendo por bajo al portero.

Pero Daniele Orsato, árbitro del encuentro, decidió no acudir al VAR. Desde la sala VOR le comunicaron que le había dado en la mano y lo anuló sin revisarlo en el monitor. La realidad es que a Pedrosa le da el balón en la mano, eso es cierto y es innegable, pero la tiene completamente pegada a su cuerpo y de no haberle pegado en su mano, el balón habría salido despedido de la misma manera. Bien es cierto que la norma dice que cualquier gol que se produzca con una mano previa de ese mismo futbolista, ya sea voluntaria o involuntaria, debe anularse el gol. Pero varios ex árbitros ya se han declarado en contra de esta norma.

Muchos errores arbitrales en Champions

Mientras que el Sevilla y Real Madrid vivieron los escándalos en sus respectivos partidos de Champions, el Barcelona y el Atlético de Madrid no pueden decir lo mismo. El equipo del ‘Cholo’ Simeone vio como el primer gol del partido, el de Morata en el minuto 12 y tras verse por detrás en el marcador, fue también revisado por el VAR.

Y es que De Paul filtró un pase al desmarque de Saúl, que estaba en clara posición de fuera de juego. Y fue Wieffer, defensor del Feyenoord, se tiró a interceptar ese pase que iba claramente dirección a Saúl. El jugador holandés dejó el balón muerto en el área y el delantero colchonero solo tuvo que empujarla.  El árbitro pitó fuera de juego, pero posteriormente acudió al VAR para validarlo. Una decisión polémica que no gustó nada a los jugadores del equipo holandés.

Por último, en el Oporto-Barcelona, Sergio Conceiçao, entrenador del equipo portugués, estallaba en rueda de prensa tras los dos escándalos arbitrales en su partido de Champions que se produjeron en el partido en contra de sus intereses. «Ya he contestado en algunos flash interview, no sé si tres o cuatro. Hemos jugado contra más que un club… Y eso es suficiente», decía en rueda de prensa.

Corría el minuto 20 cuando Jules Kounde y Taremi forcejearon en el área. Pero a partir de ese legal forcejeo, el central francés agarró flagrantemente de la camiseta del delantero iraní para después arrollarle sin tocar el balón. El colegiado no pitó penalti y de haber sido así, el ‘9’ del Oporto podría haber hecho el 1-0 a los pocos minutos de iniciar el choque.

Pero la polémica no iba a quedar ahí. En el minuto 78 de partido y con 0-1 en el marcador a favor del Barcelona, Cancelo tocaba claramente el balón con la mano en una acción con Eustaquio y Anthony Taylor señalaba los once metros. Pero el VAR entró para anular el penalti y pitar mano previa de Eustaquio, que había tocado presuntamente el balón con el brazo antes de la acción. La realización mostró las imágenes y en ninguna de ellas se puede ver una toma clara en la que se vea claramente que el jugador del Oporto se apoya en su brazo para coger ventaja y controlar el balón.