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JORNADA 10 DE LIGA

El Barça más gris del año gana con lo justo al Granada (1-0)

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Un Barcelona desconocido compareció en el Camp Nou. Pocas veces se había visto al equipo de Luis Enrique hacer un partido tan justito ante su público, aunque la mejor noticia que se llevó el técnico fueron los tres puntos que suma su equipo para mantenerse a tiro del liderato en poder del Real Madrid. Un gol de Rafinha nada más comenzar la segunda mitad solventó un duelo donde no la MSN estuvo perezosa y el centro del campo sin chispa.

Puede que las múltiples ausencias por lesión influyeran o el hecho de que el Manchester City espera en unos días en la Champions. La evidencia es que los azulgrana salieron al campo sin tensión y con una medular excesivamente experimental. Rakitic ejerciendo de Busquets no pasará a la historia como la solución más lúcida de Luis Enrique, mientras que Rafinha y Denis Suárez no lograban hacer circular el balón con suficiente velocidad como para superar a la organizada defensa granadina.

El técnico visitante, Lucas Alcaraz, plantó un autobús con cinco defensas y cuatro centrocampista en apenas 15 metros de distancia y manteniéndose lejos de la frontal del área defendida por Ochoa. Con este planteamiento, y esperando a los errores en la circulación culé para cazar una contra, los andaluces llegaron casi con más claridad que un Barcelona que tuvo como saldo positivo dos disparos a puerta mal definidos por Luis Suárez durante la primera mitad.

Una avalancha y a dormir el partido

Unos tímidos pitos al descanso quizá presionaron a un Barça que salió más enchufado en la segunda mitad. A los tres minutos, tras una combinación eléctrica entre Suárez y Messi, Neymar estrelló en el poste la mejor jugada culé del partido. Para fortuna de los locales, hasta seis jugadores estaban dentro del área siguiendo la jugada y el rechace del disparo de Neymar cayó en las botas de un Rafinha, que de brillante chilena, logró el único tanto del choque.

El Barcelona podría haber acelerado, pero vio que tenía enfrente a un rival débil e incapaz de dar cuatro pases seguidos cuando eran presionados. Así las cosas, los culés fueron demorando y demorando sentenciar el partido. Suárez y Neymar lanzaron al muñeco –a las manos de Ochoa– en las otras ocasiones claras que tuvo el equipo catalán en la segunda mitad. El Granada ni eso. El equipo de Lucas Alcaraz careció de profundidad, juego y gol. Si estos mimbres no cambian, los andaluces tendrán muy complicado salir del puesto de colista que actualmente acumulan. 3 puntos de 30 no son una buena señal.