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Copenhague - Atlético: Europa League

El Atlético conquista tierras vikingas (1-4)

El Atlético de Madrid dejó encarrilada la eliminatoria tras imponerse por 1-4 al Copenhague gracias a los goles de Saúl, Gameiro, Griezmann y Vitolo. Los del Cholo Simeone tienen prácticamente los dos pies en los octavos de final de la Europa League tras conquistar las tierras vikingas, por lo que el encuentro de vuelta podrán afrontarlo con más tranquilidad en el Metropolitano.

Un proceso gripal de Jan Oblak obligó al Cholo Simeone a tener que cambiar a última hora su plan para medirse al Copenhague. Al esloveno lo sustituyó Miguel Ángel Moyá, pero el resto era lo esperado. Una línea de cuatro con Juanfran y Lucas en los laterales y el centro para Giménez y Godín, que regresaba después de su aparatoso choque con Neto. En la medular le tocó a Thomas hacer de Gabi, con Saúl a su lado y tirados a las bandas estaban Koke y Correa. Por delante de ellos, la empresa del gallo: Griezmann y Gameiro.

La sensación térmica de -10º obligaba a los rojiblancos – aunque vistieron de amarillo – a entrar rápidamente en calor. Y qué mejor forma de hacerlo que disfrutar de las primeras ocasiones del partido. Griezmann y posteriormente Saúl pudieron adelantar al Atlético de Madrid, que atacaba en el fondo de los ultras, que también caldeaban el ambiente con un tifo y varias bengalas prendidas.

La superioridad colchonera quedó plasmada sobre el césped desde el primer minuto. Al cuarto de hora de partido ya faltaban dedos para contar las ocasiones de las que habían disfrutado los de Simeone. La más clara, una de Griezmann. El Principito robó un balón al último defensor, permitiéndole tener un mano a mano con el portero, errándolo incomprensiblemente, y provocando que cualquier aficionado del Atlético se tirase de los pelos buscándole una explicación al fallo del galo.

El que perdona la paga

El Copenhague salió a colgarse de su propia portería y aguantar las arremetidas de los madrileños, pero sin olvidarse de sacar alguna contra con la que hacer daño. Y lo hicieron. Porque el fútbol es así, puedes gozar de mil ocasiones, pero el rival, por muy inferior que sea, también juega. Un centro de Boilesen encontró un remate defectuoso de Skov que aprovechó Fischer para, a un metro de Moyá, tocarla con el tacón y mandar el cuero al fondo de la red del balear y dejar helados a los rojiblancos.

Por suerte, el Atlético reaccionó rápidamente. Estas noches son para los valientes. Pese a ser la «mierda» de Europa League para Gabi, también es una gran cita. Y esas son las que le gustan a un jugador especialmente: Saúl Ñíguez. El heredero del ‘8’ de Luis Aragonés aprovechó un centro medido de Antoine Griezmann para meter la cabeza e igualar la contienda con un gol doblemente importante: porque significaba el empate y por el valor de los tantos fuera de casa.

Los daneses eran incapaces de salir de su campo con el balón jugado. Rara vez se plantaban en línea de tres cuartos, en gran parte, por la gran e incansable presión de los futbolistas del Atlético de Madrid. En ataque, los de Simeone estaban guiados por un Koke, que a pesar del frío se presentó sobre el verde con un look a lo Diego Costa, con manga corta y guantes. El ‘6’ colchonero, único valiente del equipo con sus brazos al descubierto, inició lo que se convertiría en una obra de arte. Griezmann y Lucas le pusieron color a la jugada con una pared de manual antes de que el lateral asistiese a Gameiro para que el galo culminase la remontada.

El Atlético sentencia la eliminatoria

Thor golpeaba tan fuerte su martillo que del cielo bajaban copos de nieves y una niebla intensa que no impedía que el Atlético dominase por completo el partido en territorio vikingo. Es bien conocida la enemistad entre indios y nórdicos, y en esta batalla se estaba imponiendo la tribu Comanche liderada por el Cholo Simeone y con la gran noticia de contar con Diego Godín, un acto heroico estar sobre el césped después de perder tres dientes hace apenas una semana y media.

Ambos equipos, víctimas del Qarabag, siguieron el mismo guión de la primera mitad. Ese guión significaba dominio y control de los colchoneros. Aún así, Simeone decidió mover algunas fichas. Retiró a Correa y Gameiro para dar entrada a Carrasco y Vitolo. El belga fue crucial en el tercer tanto del Atlético. Yannick se sacó de la chistera un pase en profundidad a lo Valerón para que Antoine Griezmann batiese por abajo a Olsen.

No se conformaba con el 1-3 el Atlético de Madrid, que siguió buscando con ahínco un cuarto gol que terminó llegando. Un rechace de Thomas llegó a los pies de Vitolo, que solo tuvo que buscar una buena posición para que Olsen tuviese que recoger otro balón desde el fondo de la red. Faltaba por saltar al campo otro de los hombres importantes de la tribu. Gabi – también con mangas cortas, como Vitolo – demostró ser de esos indios que no le temen a nada: ni al frío, ni a la nieve, ni a la presión. El capitán sustituyó a un Koke que parece haber recuperado su mejor versión.

En los últimos minutos, Pavlovic pudo haber recortado distancias pero su cabezazo a la salida de un córner topó con el poste. El ángel que rodea habitualmente a Oblak pareció no haberse enterado de que el esloveno estaba con gripe y también acompañó a Miguel Ángel Moyá. A partir de ahí el luminoso no se movería más, dejando un contundente 1-4 con el que los de Simeone demuestran haber hecho los deberes y dejando encarrilada la eliminatoria y seguir pensando en el partido a partido. Próxima parada: el Athletic en el Metropolitano.