Deportes
Atlético de Madrid

10 años con Simeone, el entrenador que cambió la historia del Atlético

Hoy se cumple una década de la llegada al club del que ya es el técnico más importante de su historia

Simeone ha llevado al Atlético a ganar ocho títulos, dos de ellos de Liga, y a volver a ser un grande

Su gran asignatura pendiente es la Champions, tras haber perdido dos finales ante el Real Madrid

El aniversario le llega en el peor momento de toda su etapa en el Atlético, con el equipo fuera de la pelea por la Liga

Simeone es el plan B del Manchester United

Cristiano Ronaldo avala a Simeone

El 23 de diciembre de 2011 cambió para siempre la historia del Atlético de Madrid. Hoy se cumple una década exacta desde que Diego Pablo Simeone estampó su firma en el que era su primer contrato como entrenador rojiblanco, pero da la impresión de que haya pasado un siglo. Un siglo de oro en el que se han levantado dos títulos de Liga, uno de Copa, dos Europa League, dos Supercopas de Europa y una de España. Ocho trofeos que han conseguido mejorar en sólo diez años una historia centenaria que nunca había sido tan prolífica. El «nunca dejes de creer» y el «partido a partido» son ahora lemas que se asocian al Atlético después de que Simeone consiguiera grabarlos a fuego en la cosmogonía rojiblanca. Parecía imposible, pero el Cholo ha podido incluso con la leyenda de Luis Aragonés.

El 21 de diciembre de 2011 el Atlético de Madrid perdió 0-2 en el Vicente Calderón con el Albacete, equipo de Segunda B, en 16avos de final de la Copa del Rey. Tres días antes había caído por el mismo resultado y en el mismo escenario ante el Betis. Su situación en la clasificación era dramática, a 24 puntos de distancia del líder Real Madrid con sólo 17 jornadas consumidas. El esfuerzo realizado en verano con los fichajes de futbolistas como Falcao, Diego Ribas, Arda Turan o Courtois no se correspondía con el rendimiento que demostraba el equipo sobre el terreno de juego y la cuerda se rompió por el lado más débil. Gregorio Manzano fue destituido y Miguel Ángel Gil Marín anunció la llegada de Diego Pablo Simeone, que el 19 de diciembre había dimitido como entrenador del Racing de Avellaneda. El primer contrato se estipuló por dos temporadas y media. Hasta el 30 de junio de 2013.

Debut en La Rosaleda

El sábado 7 de enero de 2012 el Cholo se sentó por primera vez en el banquillo rojiblanco en La Rosaleda de Málaga. Todavía queda en la plantilla un jugador de ese partido, el capitán Koke, que con el dorsal número 19 contempló desde el banquillo el empate a cero final. A final de la jornada el Atlético era décimo con 23 puntos, justo la mitad que el Real Madrid. Aquella situación tampoco era ninguna novedad para la parroquia rojiblanca. Desde el doblete de Radomir Antic en 1996 a lo único que podía aspirar el equipo era a clasificarse para la Champions. Luchar por la Liga o simplemente presentarle batalla al Real Madrid era pura quimera. Una ilusión.

Simeone introdujo el partido a partido desde el primer día. Encerró en el vestuario a los pesos pesados de la plantilla. A Godín, a Gabi, a Tiago, a Juanfran…les nombró pretorianos y estableció la primera base desde la que edificar su fortaleza. Sólo dos puntos le faltaron al Atlético para llegar a la Champions aquella misma temporada, que culminó con una goleada histórica en Bucarest ante el Athletic de Marcelo Bielsa el 9 de mayo de 2012 para levantar la segunda Europa League de la historia del club, tras la ganada por Quique Sánchez Flores en Hamburgo un par de años antes.

El primer título de la era Simeone no llegó solo. Un par de meses más tarde, el 31 de agosto, el equipo goleó 4-1 en Mónaco al campeón de la Champions, el Chelsea, con una exhibición del tigre Falcao, autor de tres goles. Con la base de la anterior temporada el Atlético empezó a mirar sin complejos a sus rivales y el 17 de mayo de 2013, con el tercer puesto en la Liga asegurado, le dio a la afición rojiblanca la mayor alegría de todo el Siglo XXI al derrotar en la final de la Copa del Rey al Real Madrid en el Santiago Bernabéu con un gol del brasileño Miranda en la prórroga. Hacía 14 años que el Atlético no conseguía doblegar a su vecino, a su bestia negra. Tres títulos en menos de dos años elevaron a los altares al Cholo, que en marzo de 2013 anunció su renovación por cuatro temporadas.

Falcao, Costa, Villa, Suárez…

El siguiente verano arrancó tormentoso por la venta de Falcao al Mónaco. Diego Costa había dado en la anterior campaña motivos para creer que podía convertirse en una estrella, pero la baja del colombiano era demasiado dolorosa como para pensar que el equipo podría cubrirla sólo con el brasileño. Del Barcelona llegó David Villa, repudiado y entre algodones por su estado físico, pero al igual que sucedió la pasada temporada con Luis Suárez no tardó en demostrar que su llegada al Calderón había sido maná divino.

La pareja Costa-Villa se consolidó de inmediato. El Atlético ganó los ocho primeros partidos de Liga, incluyendo un 0-1 en el Santiago Bernabéu, y avanzó con paso firme en la Champions. La idea de pelear por el título de Liga empezó a instalarse en el corazón de los aficionados, pero nadie se atrevía a ser demasiado aventurado. Con la boca pequeña el equipo se instaló en la primera posición y el 17 de mayo de 2014, con un gol de Godín en el Camp Nou, se culminó la gesta. Era el décimo título de campeones, el primero de la era Simeone.

Y luego la pesadilla

Apenas hubo tiempo para celebrarlo. Una semana más tarde había que disputar en Lisboa la final de la Champions, a la que el Atlético había llegado tras eliminar en cuartos de final al Barcelona de Messi y en semifinales al Chelsea de Mourinho. El último escollo era el Real Madrid de Carlo Ancelotti. Por supuesto no podía ser otro. Era la gran oportunidad para acabar definitivamente con la tiranía madridista.

Un minuto. Un solo minuto faltó para culminar la proeza. El Atlético tocó la gloria con los cielos pero en el minuto 93 un gol de cabeza de Sergio Ramos empató el partido y lo llevó a la prórroga, donde la fortaleza mental del Real Madrid se cebó con la depresión en la que cayeron los rojiblancos tras conceder el empate. Simeone acabó expulsado por recriminarle a Varane que le lanzara el balón y la alegría del reciente título de Liga quedó difuminada. Un sueño que acabó en pesadilla.

Aquel verano fue muy largo. La derrota hizo mucho daño y Mourinho se encargó de darle la puntilla al Atlético arrebatándole a sus mejores jugadores. De una tacada se llevó a Courtois, Filipe, Tiago y Diego Costa. El portugués volvió de inmediato, al belga le relevó con éxito Oblak y más o menos se fue cubriendo la baja del brasileño hasta que acabó regresando, pero el adiós del delantero de Lagarto fue la peor noticia que pudo haber recibido el equipo.

Mario Mandzukic, rechazado por Pep Guardiola en el Bayern, fue el elegido para sustituir a Diego Costa. Entró con aura porque un gol suyo sirvió para ganar 1-0 al Madrid en la vuelta de la Supercopa de España y poner una venda en la hemorragia de la derrota de Lisboa, pero fue sólo un espejismo. El croata no llegó ni de lejos a los guarismos del brasileño y aunque el Atlético se agarró a los goles de Griezmann, fichado ese verano de la Real Sociedad. el equipo comenzó una larguísima travesía en el desierto en busca de un delantero centro que nunca encontró a pesar del regreso en enero de 2015 de Fernando Torres.

Renovado de nuevo en marzo de 2015, ahora por cinco años, Simeone le entregó todos los galones al francés Griezmann, escarmentado por operaciones tan ruinosas como las de Vietto, Raúl Jiménez o Jackson Martínez. Antoine respondió con goles y Fernando Torres se erigió como su escudero más solvente. El 28 de mayo de 2016, tras eliminar al Barcelona y al Bayern, llegó a una nueva final de Champions, ahora en Milán y otra vez ante el Real Madrid. La moneda volvió a salir cruz, el equipo perdió el título en los penaltys y por primera vez a Simeone le rondó por la cabeza la idea de abandonar el proyecto. No lo hizo, pero redujo en dos temporadas la duración de su contrato.

El Cholo volvió a levantarse para caer de nuevo ante el mismo enemigo. En las semifinales de Champions de la temporada siguiente el Real Madrid se interpuso otra vez en su camino dejándole fuera de su premio más codiciado por cuarta vez consecutiva. El equipo fue segundo en la Liga, pero eso no calmó la decepción y la rabia de morder el polvo ante el eterno rival. Para acabar con esa tiranía el club se gastó 45 millones de euros en el regreso de Diego Costa, que no pudo jugar hasta enero de 2018 a causa de una sanción que impuso la UEFA y que impidió inscribir jugadores en toda una ventana de fichajes.

Más títulos

Las limitaciones en ataque se pagaron caras. Por primera vez en la era Simeone el Atlético cayó eliminado en la primera fase de la Champions tras quedar por detrás de Chelsea y Roma. Relegado a la Europa League, la temporada acabó con la conquista de la tercera Europa League, el sexto título de la era del Cholo, logrado en Lyon ante el Olympique, al que se derrotó 3-0 con dos tantos de Griezmann, que poco después anunció que continuaría en el club pese a contar con una gran oferta del Barcelona.

El séptimo título no se hizo esperar. El 15 de agosto de 2018, con una actuación colosal de Diego Costa, que entonó su canto del cisne, el Atlético derrotó 4-2 al Real Madrid en la capital estonia de Tallin y el equipo disparó las expectativas, pero no fue capaz de cumplirlas. En Liga fue segundo, tras el Barcelona, y en Champions cayó en octavos de final ante la Juventus con un triplete de Cristiano Ronaldo en Turín, en una de las mayores decepciones de la era del Cholo. Era la quinta vez que el portugués apartaba a los rojiblancos de la lucha por la orejona.

Griezmann se marchó al Barcelona en el verano siguiente y el equipo asumió un relevo generacional que lideró el portugués Joao Félix, el fichaje más caro de la historia del club, con un coste de 127 millones de euros. Se fueron jugadores que habían sido santo y seña como Godín, Filipe y Juanfran y fue una temporada de transición pese a la gesta de haber eliminado al Liverpool en octavos de final de la Champions. El club, sin embargo, manifestó de forma patente su total confianza en el entrenador. Simeone renovó hasta el 30 de junio de 2022.

En plena etapa de transformación de Joao en el jugador en el que el Cholo quiere que se convierta, al Atlético le llegó el rumor de que Luis Suárez iba a causar baja en el Barcelona. Simeone no dudó en coger el teléfono para convencer al delantero uruguayo, que firmó contrato por dos temporadas y, al igual que había sucedido en 2014 con Villa, se convirtió en el artífice de una temporada histórica que culminó en Valladolid con el undécimo título de Liga y el octavo título de Simeone, que esa misma temporada superó a Luis Aragonés como el entrenador con más victorias en la historia del club. La eliminación en Champions ante el Chelsea supuso un duro revés que amortiguó el título de Liga.

Convencido de que se podía luchar por revalidar el campeonato, la directiva efectuó el pasado verano un enorme esfuerzo recuperando a Antoine Griezmann y construyendo la que de manera unánime se consideró la mejor plantilla de la historia del Atlético, pero el fútbol no es nunca una ciencia exacta y Simeone cumple hoy diez años en el Atlético en medio de la peor crisis de esta última década, con cuatro derrotas consecutivas a sus espaldas y habiendo quedado totalmente descartado de la lucha por el título.

La temporada, sin embargo, no está perdida. El equipo pelea todavía por tres trofeos: Copa, Supercopa y Champions, además por supuesto de por el irrenunciable objetivo de clasificarse entre los cuatro primeros, una meta que indefectiblemente, salvo en su primer año, ha cumplido Diego Pablo Simeone, que el pasado mes de julio anunció su renovación hasta 2024 y que ha conseguido lo que parecía imposible, ser en el Atlético de Madrid más importante que Luis Aragonés. Sin embargo, su trabajo no estará culminado hasta que no consiga la meta que el destino le ha negado cruelmente temporada tras temporada: la Liga de Campeones, el único gran trofeo que le falta al club.