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¿Qué es la danza sufí?

La danza sufí es un baile relacionado estrechamente con el movimiento giratorio de los planetas y la conexión con Dios. Lo que hacen, los bailarnes de esta danza, llamados derviches, es enlazar un giro tras otro en un espectacular baile que es de lo más popular en El Cairo (Egipto) y que se encarga de aunar el folclore y el misticismo. Esta danza tiene origen turco, más conocida como la «tanura», que significa falda y que hace referencia a la ropa que llevan los derviches.

Una adaptación al estilo egipcio

A los egipcios esta danza turca les gustó, pero quisieron hacer de él un baile algo más alegre y complejo. Los turcos llevan una chilaba y una falda más ligera, y los egipcios usan tres faldas, una doble y otra sencilla. El conjunto de telas puede llegar a pesar trece kilos.

En la danza sufí se gira sobre el propio y eje y con ese movimiento, lo que ocurre es que los propios bailarines llegan a alternar estados de conciencia y de éxtasis místico.

En la danza sufí turca los bailarines se colocan formando una media luna y una estrella -el símbolo del Islam-, en la versión egipcia se representa el universo. Todo este cambio, si lo comparamos con el baile turco es debido a que para los egipcios, los giros del universo son rezos que quieren llegar a Dios, lo que se representa con los bailarines, los cuales tienen que girar para que sus rezos lleguen a Dios.

La falda es el espíritu

La falda es el principal elementos de esta tradición. Hay una teoría sobre la importancia que tiene, simbolizando las cosas malas de las que el ser humano debe deshacerse, por lo que en el espectáculo de los derviches vamos viendo como se quitan una a una las diferentes «tanuras» de colores.

En El Cairo la actuación tiene tres partes, empezando con la «tahmila musical», en la cual los intérpretes demuestran su habilidad con la rababa, el mizmar y el sagat (similares a nuestras castañuelas), entre otros instrumentos tradicionales.

Una vez se producen los solos musicales, llega el momento en que entran los bailarines con sus pesadas faldas de colores representando con su danza el sistema solar y dando paso a un baile más moderno donde todos son protagonistas de este espectáculo.

Después de tanto giro, en medio del trance en el que entran los derviches, llega su clímax místico donde ajenos al folclore exterior, llegan a entrar en contacto con Dios con sus plegarias.