Curiosidades
Metales

Acero inoxidable: tipos, funciones y cómo se hace

Es uno de los materiales más importantes que existen en industrias como la construcción, y por eso muy probablemente te habrás preguntado cómo se hace el acero inoxidable. Clave en varios de los sectores de la economía, este tipo de acero resulta de la mezcla de diversas materias primas a través de ciertos procesos que dependen del grado de acero que se use.

De hecho, las proporciones de las sustancias con las que se lo fabrica, como el hierro, el níquel y el carbono, están directamente relacionadas con el objetivo que se busque al elaborarlo. Estas proporciones no suelen repetirse, y eso explica por qué rara vez distintas producciones de acero no se diferencian entre sí. ¿Y cómo es el procedimiento para obtener esta aleación de hierro?

Materias primas indispensables a tener en cuenta en el acero inoxidable

El acero inoxidable es una familia de aceros, una aleación de hierro y carbono en la que se incorpora cromo que, por encima del 10,5% en solución (según el contenido de carbono) en la matriz, provoca la formación de una capa protectora de óxido de cromo que confiere a estos aceros el que sea inoxidable y que tenga una gran durabilidad.

Los otros elementos utilizados en las aleaciones que encontramos en los distintos tipos de aceros que no se oxidan tienen su propia función: el níquel proporciona estabilidad y solidez, el cromo proporciona resistencia a la oxidación y el molibdeno proporciona una resistencia adicional a la oxidación en condiciones extremas como lugares muy contaminados.

Quien quiera lograr acero inoxidable deberá conseguir una serie de materias primas que son imprescindibles para esta aleación. Cromo, níquel, silicio, molibdeno y mineral de hierro son sólo algunos de los que se funden, creando una poderosa mezcla que tendrá una resistencia a corrosivos específicos, unas propiedades mecánicas y una fuerza inherentes a esas materias primas.

Cada combinación única de las materias primas es conocida como «grado» de acero inoxidable. Entre ellos destacan grados variados como los 304, 316 y 420. Antes de ponerse manos a la obra, es importante averiguar qué tipo de grado va a usarse en el proyecto. No todos estos hierros pueden utilizarse en cualquier situación. Forma parte del trabajo de un profesional poder identificarlos.

Paso a paso para su fabricación

Fusión de las materias primas y eliminación del carbono

Se colocan en un horno eléctrico que se calienta hasta que alcanzan su punto de fusión. Esto puede llegar a tardar unas 12 horas. Luego, el material obtenido es enviado a un sistema de descarburación de oxígeno con argón -AOD- o de oxígeno al vacío -VOD- para poder eliminar el exceso de carbono. La eliminación no es igual en todas las aleaciones, y afecta su dureza y durabilidad.

Afinación o agitación, y formación del metal

Posteriormente pasa por una máquina que lo agita lo suficiente para deshacerse de ciertos componentes específicos del acero. Distribuye sus propiedades para que la mezcla sea homogénea dado que la uniformidad es una de sus características preciadas.

A medida que se enfría, es sometido a un proceso de conformado. Aquí se realiza el laminado en caliente, que le da ese aspecto rugoso tan llamativo. Si hubiera que crear cúmulos o palanquillas de cristal, éste es el momento en el que se encargarán de ello.

Tratamiento térmico

Acto seguido, el futuro acero inoxidable pasa por un tratamiento térmico controlado. A veces es calentado y enfriado en repetidas oportunidades para que sus propiedades mecánicas se ajusten a la búsqueda del fabricante. Su capa externa puede ser removida.

Cortar y darle un formato definitivo

Completado el recocido, viene el turno del corte para darle el formato en el que será comercializado cuando salga al mercado. Dependiendo de las operaciones que se llevan adelante, tendrá un tamaño y una forma; y llevará cúmulos o palanquillas.

El acero inoxidable es inalterable

Por último tenemos que añadir que este tipo de acero es inalterable, resistente al calor y los ácidos, resistente a los golpes, tiene un coeficiente de elasticidad (la vajilla no se rompe allí con tanta facilidad como en una encimera de mármol o cerámica).