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El origen secreto de la expresión que todos usamos a diario para decir que algo está «perdido sin remedio»

Toma nota del origen de esta expresión que usamos a diario

Las 3 palabras en castellano que los españoles no sabemos pronunciar: inaudito

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Hay una serie de expresiones que usamos todos los días para decir que algo está perdido y sin remedio. Es un elemento que debe darnos más de una sorpresa del todo inesperada, por lo que, quizás hasta el momento no lo habíamos ni tenido en consideración. Son tiempos de apostar claramente por una serie de detalles que, sin duda alguna, acabarán marcando una diferencia importante en estos días que tenemos por delante.

El secreto de esta expresión pone los pelos de punta y nos traslada a una historia que quizás desconocíamos hasta el momento. Son días de saber un poco más de una lengua que compartimos con muchas personas y que puede darnos más de una sorpresa del todo inesperada. Cada una de las expresiones que usamos en español tiene un origen concreto, desde el más remoto, hasta el más actual, pero detrás de esas palabras que son únicas y que tienen un significado radicalmente distinto a lo que nos imaginaríamos si las explicamos de forma literal, hay algo más, que tocará conocerlo. Esta expresión es de las que usas casi a diario y hasta ahora no sabías de dónde venía.

Todos usamos a diario para decir que algo está perdido sin remedio

Esta expresión de No hay tu tía. Nada tiene que ver con un familiar perdido, aunque incluye la palabra tía de por medio. Es una de las que se emplea para cambiar por completo una manera de hablar que, sin duda alguna, puede acabar siendo la que nos acompañará en estos días,

Es momento de saber qué quiere decir esta forma de expresarse que quizás hasta ahora no habíamos tenido en consideración. Por lo que, quizás hasta el momento no pensábamos que hasta la fecha no teníamos en mente. Es hora de apostar claramente por un cambio de tendencia que puede ser clave en estos días.

Esta forma de hablar una lengua que se nos presenta en el blog del Ministerio como una de las que medio mundo quiere dominar, con algunos datos curiosos de esta lengua:

Este es el origen secreto de esta expresión que usamos a diario

Los expertos de la Universidad Isabel I nos explican en su blog el origen de esta expresión: «¿Sabías que, cuando empleas la expresión «no hay tutía», en realidad, por muy desesperante que sea tu tía María, Carmen o Luisa, ninguna de ellas tiene nada que ver con el hecho de que algo se convierta en imposible o frustrante? ¡Tranquilo! No nos hemos confundido al escribir la frase histórica de esta semana. «No hay tutía» (así, escrito junto) es una expresión que empleamos coloquialmente para referirnos a algo que no tiene remedio, cuando una persona se empeña o empecina en algo y no da opción a cambiar de opinión o de manera de actuar a pesar de los argumentos que se le den. También se utiliza para referirse a una cosa o hecho que es imposible que ocurra y/o que puede generar frustración. Debemos tener en cuenta que este tipo de dichos se transmiten de manera oral de generación en generación, por lo que raramente los vemos escritos. Esta circunstancia y la similitud fonética han provocado que se haya distorsionado la grafía de esta frase y se haya extendido de manera errónea la idea de que el término «tutía» se escribe separado, «tu tía», haciendo referencia a la figura de parentesco (hermana de padre o madre). Pero nada más lejos de la realidad. La manera correcta de escribir esta frase se ha ido modificando a lo largo de los siglos y ha generado una derivación de la expresión original. En 1770 el Diccionario de la lengua castellana recogía el término «atutía», escrito junto para referirse a un ungüento medicinal de origen árabe elaborado con hollín de óxido de cinc, cuyo uso se destinaba a enfermedades oculares. Por aquella época, debía de ser un remedio medicinal muy utilizado para curar estos y otros males. Por lo visto, esta medicina se adquiría en las boticas de la época. De ahí que el origen de esta expresión lo encontremos en las antiguas farmacias, siendo «no hay atutía» la respuesta que se les daba a los pacientes que acudían a comprar este medicamento en momentos en los que ya no quedaban existencias. A partir de entonces comenzó a generalizarse el significado actual de «no hay tutía» para indicar frustración, dificultad en algo o desesperación».