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Ni Cazorla ni Mojácar: este pueblo de Andalucía está entre los mejores de España por su gastronomía

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Situada en el sudeste de la provincia de Córdoba, en el corazón de las Sierras Subbéticas, se halla la localidad de Priego, considerada una de las joyas más impresionantes de Andalucía. Rodeada por el impresionante Parque Natural de la Sierra Subbética, su paisaje se distingue por extensos olivares y un terreno dominado por majestuosas formaciones de caliza. Esta hermosura natural se ve realzada por el encantador diseño urbano de Priego, donde sus calles empedradas y plazas escondidas, junto a imponentes casas señoriales y monumentos arquitectónicos y escultóricos, generan un ambiente mágico.

Además, Priego no solo encanta por su espectacular paisaje y arquitectura. Este pueblo es igualmente un verdadero edén para los entusiastas de los postres en Andalucía. En particular, sobresale su manjar más renombrado: el turrolate. Esta golosina, propia de la región Subbética de Córdoba, se originó en el siglo XVII y fusiona la cremosidad del turrón con la intensidad del chocolate, ofreciendo así una experiencia gastronómica singular y exquisita.

Priego, un pueblo con una gastronomía deliciosa

Rodeado por una exuberante llanura abrazada por las montañas que lo custodian, Priego de Córdoba se erige como un testigo de la historia milenaria de la región. Entre sus tierras se encuentran vestigios que remontan a épocas prehistóricas, ibéricas y romanas. Fue en el año 1225 cuando Fernando III conquistó Baguh, como se conocía entonces a la ciudad bajo dominio hispanomusulmán, aunque brevemente volvió a manos árabes entre 1327 y 1340. A partir del siglo XVI, Priego experimentó un notable auge económico impulsado por la floreciente industria textil.

Lugares de interés

El Barrio de la Villa, declarado Conjunto Histórico-Artístico, es el verdadero corazón de Priego, con sus estrechas calles de origen musulmán que serpentean alrededor de la calle Real. Sus fachadas encaladas y adornadas con macetas de geranios multicolores lo convierten en un lugar encantador.

Las iglesias barrocas de Priego, como la Iglesia de la Asunción, el Templo de la Aurora y la Iglesia de San Francisco, son verdaderas joyas arquitectónicas que merece la pena visitar.

La Plaza de la Constitución, popularmente conocida como «El Paseíllo», alberga el Ayuntamiento de Priego de Córdoba, construido sobre el antiguo Convento de Santa Clara, y la Oficina de Turismo.

La Plaza de San Antonio, con su cruz forjada en el centro, es uno de los rincones más fotogénicos de Priego. Este espacio, adornado con flores por todas partes, ofrece una vista panorámica en todas direcciones, capturando la esencia floral de la localidad.

Las Carnicerías Reales, un antiguo matadero reconvertido en un impresionante patio manierista, es otro lugar de interés destacado en Priego. Además de su arquitectura única, alberga una exposición sobre la historia del aceite de oliva en la región, ofreciendo una visión fascinante de la industria local.

El Castillo de Priego, una antigua alcazaba árabe, es uno de los monumentos más destacados de la localidad. Las vistas desde sus murallas ofrecen una panorámica excepcional de Priego y sus alrededores.

Platos típicos

Además de su riqueza cultural y patrimonial, Priego es un auténtico paraíso gastronómico que deleita los paladares más exigentes. En primer lugar, destaca su preciado «oro líquido»: el aceite de oliva virgen extra (AOVE). La región cuenta con la prestigiosa Denominación de Origen (D.O.) del aceite de Priego de Córdoba, reconocido internacionalmente como uno de los mejores del mundo.

Con una historia que se remonta a tiempos ancestrales, el relleno de carnaval emerge como una receta tradicional de gran arraigo en este pueblo cordobés. Combina una variedad de carnes seleccionadas y se sazona con una cuidadosa selección de especias y condimentos. Una vez que las carnes están meticulosamente amalgamadas, se rellena el buche de cerdo y se procede a su cocción en agua hirviendo. Posteriormente, se deja reposar hasta que alcanza la temperatura adecuada y se presenta en lonchas, listo para ser disfrutado como un exquisito fiambre.

Durante la celebración de la Semana Santa, siguiendo la tradición cristiana, uno de los platos más emblemáticos son las albóndigas de Semana Santa, elaboradas con una variedad de pescados, entre los que destacan la pintarroja y los boquerones.

El piñonate es una joya culinaria que destaca por u exquisito sabor. Este dulce típico se caracteriza por su forma circular, y se sumerge en aceite de oliva para su fritura. Su proceso de elaboración requiere habilidad y destreza, ya que se debe preparar sobre fuego de leña por manos expertas que controlen con precisión la temperatura del aceite.

Una delicia tradicional es el cuajado de almendra. La preparación implica una mezcla de harina, almendras, azúcar y huevo, que se vierte en el molde y se hornea durante aproximadamente tres horas hasta que alcanza su punto de cocción perfecto. Una vez listo, se decora con una pizca de canela y azúcar glasé, creando hermosos diseños que realzan su apariencia.