Esto es lo que dicen los expertos sobre usar la crema de sol del año pasado
Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, muchos de nosotros recurrimos a nuestras cremas solares favoritas para protegernos de los rayos del sol. Sin embargo, surge una duda muy común: ¿puedo usar la crema solar del año pasado? Esta pregunta no es trivial, porque la protección contra el sol es clave para cuidar nuestra piel y evitar problemas graves, como el cáncer de piel.
En el contexto del Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel, la Dirección General de Consumo ha destacado la importancia de prestar atención a las indicaciones que vienen en el etiquetado de los protectores solares. No sólo se trata de aplicar la crema, sino de usarla de manera correcta y asegurarnos de que su eficacia no haya caducado.
¿Se puede utilizar la crema solar del año pasado?
Cada producto de protección solar debe cumplir con unas normativas que garantizan su eficacia y seguridad. Por eso, el etiquetado es fundamental: en él encontrarás la información que te indica cuándo y cómo usar el producto, cuánto dura su efectividad y qué precauciones debes tomar.
Un aspecto clave en la etiqueta es el periodo de vida útil tras abrir el envase, conocido como PAO (Period After Opening). Este dato aparece junto a un símbolo muy característico: un tarro con la tapa levantada, dentro del cual hay un número seguido de una «M» (de meses). Por ejemplo, si ves «12M», significa que el producto es seguro y efectivo durante 12 meses después de abrirlo.
Este detalle es fundamental porque, al igual que otros cosméticos, las cremas solares pueden perder su eficacia con el paso del tiempo, especialmente una vez que se ha abierto el envase. Usar una crema pasada de fecha puede ser perjudicial para la piel, ya que no protegerá contra las radiaciones dañinas y puede exponerla a quemaduras o daños a largo plazo.
Riesgos
Usar una crema solar que lleva mucho tiempo abierta puede ser peligroso. Con el paso del tiempo, los ingredientes activos que bloquean o absorben las radiaciones ultravioletas (UVA y UVB) pueden perder su eficacia. Esto significa que la protección que esperas obtener no será la misma y la piel quedará más expuesta a los daños solares, como quemaduras, envejecimiento prematuro o incluso un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Además, los componentes químicos y físicos de la crema pueden degradarse o separarse, alterando la fórmula original. Esto no sólo reduce la capacidad protectora, sino que también puede causar reacciones inesperadas en la piel, como enrojecimiento, picazón, irritación o alergias, sobre todo en personas con piel sensible o condiciones dermatológicas previas.
Por mucho que la crema conserve su olor o textura habitual, eso no garantiza que siga siendo segura o efectiva. Por eso, los expertos recomiendan no usar productos solares que hayan superado su vida útil.
Rayos UVA y UVB
Los rayos ultravioleta (UV) que llegan del sol son principalmente dos: UVA y UVB. Ambos tienen efectos dañinos sobre la piel, pero actúan de manera distinta.
Los rayos UVB son los responsables de las quemaduras solares. Afectan principalmente las capas superficiales de la piel y son el principal factor en el desarrollo del cáncer de piel.
Los rayos UVA penetran más profundamente y contribuyen al envejecimiento prematuro y a daños en el ADN celular, lo que también puede desencadenar problemas graves.
Por eso, las cremas solares deben ofrecer una protección equilibrada contra ambas radiaciones, aunque ninguna garantiza un bloqueo total. Esto refuerza la necesidad de combinar el uso de protector con otras medidas de protección, como usar ropa adecuada, sombreros y evitar la exposición directa en horas punta.
Recomendaciones para guardar la crema solar
El lugar donde guardas tu protector solar también influye mucho en su durabilidad. Evita dejar el envase expuesto a temperaturas muy altas o bajo la luz directa del sol, ya que el calor y la radiación pueden deteriorar los filtros solares. Lo mejor es almacenarlo en un sitio fresco, seco y alejado de cambios bruscos de temperatura para mantener todas sus propiedades intactas.
Antes de usar cualquier crema solar, revisa siempre tanto la fecha de caducidad como el símbolo PAO (Periodo Después de Abrir) que aparece en el envase. Esto te indicará cuánto tiempo puedes usarla desde que abriste el producto. Si ha pasado ese tiempo, es mejor reemplazarla.
En cuanto a la aplicación, no escatimes en la cantidad: se recomienda aplicar alrededor de dos miligramos por centímetro cuadrado de piel, asegurando una capa suficientemente gruesa para que la protección sea eficaz. Además, recuerda reaplicar el protector solar con frecuencia, especialmente después de nadar, sudar o secarte con la toalla, para mantener la barrera protectora intacta durante toda la exposición solar.
La piel es un órgano vital que merece el mejor cuidado. Usar un protector solar eficaz, en buen estado y siguiendo las recomendaciones de aplicación, es fundamental para protegernos de los efectos nocivos del sol y reducir el riesgo de enfermedades dermatológicas graves.
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