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Dinero

Esta es la cantidad de dinero que da la felicidad según dos premios Nobel

Existe un dicho sobre el dinero que aunque muchas veces es rebatido no deja de ser una gran verdad: «El dinero no da la felicidad». Pero también suele decirse que lo que sí puede hacer es «ayudar» a que consigamos esa felicidad, pero ¿De qué cantidad estamos hablando? ¿Cuánto dinero es necesario para que nos sintamos felices? La respuesta la tienen dos premios Nobel que a partir de una investigación han descubierto, la cantidad exacta de dinero que da la felicidad.

La cantidad de dinero que da la felicidad

La ciencia no ha determinado si realmente con dinero podemos llegar a ser felices o no, pero nadie duda que aquellas personas que no tienen problemas económicos se presuponen más felices o al menos es la creencia popular, que también puede estar errada dependiendo de cada persona. Lo que sí se ha podido descubrir en cambio, es la cantidad exacta de dinero que podría hacernos felices.

El descubrimiento lo revelaron los dos premios Nobel de Economía Daniel Kahneman y Angus Deaton, quienes fijaron que 100.000 euros anuales es la cantidad exacta de dinero que puede dar la felicidad a cualquiera.

Una cifra que para estos dos premiados economistas se corresponde con un sueldo «medio medio» dando a entender que la felicidad parece estar bastante al alcance aunque también advierten que una vez se llega a esa cantidad, se hace necesario pagar más para conseguir en definitiva, menos felicidad.

La felicidad y las necesidades psicológicas

Es decir, que cuanto más dinero tenemos más caras pueden ser las cosas que nos hacen felices. De hecho, es normal ver que la gente rica tiene por ejemplo muchos coches, cuando en realidad, como decía banquero David Rockefeller «…tengo sólo un culo».

A pesar entonces de esa cantidad, es necesario decir que el bienestar tiene mucho que ver con el hecho de satisfacer nuestras necesidades psicológicas. Por lo tanto no es tanto la cantidad de dinero que tenemos sino el hecho de saber gastarlo bien y quedarnos satisfechos. Por este motivo hay gente pobre que es muy feliz a pesar de que apenas tiene nada, y gente rica o muy rica que tiene de todo y que llena su vida de cosas materiales que no le aportan ese bienestar o felicidad que tanto desea.

Por este motivo, ahora que sabemos que la cantidad que da la felicidad, porque seguramente nos quita de problemas económicos o incluso nos permite darnos algún que otro capricho, es cuestión de asumir que una vez que llegamos a ella, se corre el riesgo de querer «engordar» nuestro ego y acabar buscando una felicidad material que nada tiene que ver con la esencia del bienestar.