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Aviso importante en esta zona de España: puedes ver el pez de 2 metros más rápido del mundo

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Las costas de Cádiz, con sus pueblos blancos y sus paisajes increíbles, son uno de los destinos favoritos de bañistas, turistas y amantes del mar. Lo que muchos no imaginan mientras disfrutan del sol y las olas, es que bajo esa superficie cristalina habita una de las criaturas marinas más fascinantes del planeta: el pez vela. Un animal que no sólo impresiona por su tamaño, sino por su habilidad de desplazarse a velocidades increíbles. No se trata de una leyenda urbana: el pez más rápido del mundo puede aparecer, algunas veces, más cerca de la orilla de lo que piensas.

Aunque suele mantenerse lejos de la costa, este animal puede acercarse en busca de alimento, especialmente en zonas con mucha actividad marina, como el Golfo de Cádiz. Su cuerpo, delgado y aerodinámico, puede moverse a velocidades que desafían la lógica submarina, de hasta más de 100 km/h en mar abierto. Tiene un hocico alargado, que recuerda mucho al del pez espada, y una espectacular aleta dorsal en forma de vela (de ahí su nombre) que puede plegar o desplegar según le convenga. Esta «vela» le sirve como timón, y también como un mecanismo para intimidar a sus presas o comunicarse con otros de su especie.

Así es el pez más rápido del mundo

El pez vela habita normalmente en aguas tropicales y subtropicales, prefiriendo zonas abiertas y profundas donde puede desplazarse con libertad. Sin embargo, como ocurre con muchas especies pelágicas, puede acercarse a la costa si encuentra las condiciones adecuadas: temperaturas cálidas, corrientes ricas en nutrientes y abundancia de peces pequeños, su principal fuente de alimento.

Y eso es precisamente lo que ocurre en el Golfo de Cádiz, una zona donde confluyen corrientes del Atlántico y del Mediterráneo, creando un entorno marino diverso y fértil que atrae a especies de todo tipo. Entre ellas, ocasionalmente, el pez vela.

El cambio climático y las variaciones en las corrientes oceánicas están modificando los patrones migratorios de muchas especies. Además, las zonas como el Golfo de Cádiz, con su abundante biodiversidad y mezcla de aguas, pueden funcionar como puntos de paso o descanso temporal en su ruta.

La primera reacción al ver un animal de más de dos metros de largo moverse con la velocidad de una moto acuática es de preocupación. Sin embargo, el pez vela no representa un peligro real para las personas. Su comportamiento es más bien reservado y, ante la presencia de humanos, lo más habitual es que se aleje rápidamente. Es un animal solitario y escurridizo, más interesado en cazar sardinas o caballas que en molestar a los bañistas.

De hecho, los encuentros con esta especie suelen producirse en aguas más alejadas de la costa, especialmente en zonas de buceo profundo o pesca deportiva. Aun así, es bueno estar informado. Saber que este animal puede aparecer en ciertas zonas y mantener una actitud de respeto si se produce un avistamiento es esencial para garantizar tanto la seguridad de la persona como la del propio pez.

Características

El pez vela es una de las criaturas más impresionantes del océano, tanto por su aspecto físico como por sus habilidades naturales. Su nombre proviene de su gran aleta dorsal, que se extiende a lo largo de su lomo como una vela desplegada. Esta estructura cumple una función esencial en su movilidad, ayudándole a estabilizarse o a realizar giros precisos mientras nada a gran velocidad. En estado de reposo, esta aleta se mantiene plegada, pero cuando el pez se siente amenazado o necesita maniobrar con agilidad, la despliega por completo.

Su cuerpo alargado, delgado y perfectamente aerodinámico ha sido diseñado por la evolución para deslizarse con una mínima resistencia a través del agua. Esta forma le permite alcanzar velocidades impresionantes, superando los 100 km/h, lo que lo convierte en el pez más rápido del mundo. Su hocico largo y puntiagudo, similar al de un pez espada, también le ayuda a cortar el agua con facilidad y a embestir bancos de peces pequeños durante la caza.

El color del pez vela también resulta llamativo. Su cuerpo suele tener un tono azul oscuro en el lomo, que se va degradando hacia un plateado brillante en el vientre. En ciertas situaciones, como durante la caza o al sentirse excitado, puede cambiar de color levemente, mostrando tonos más intensos o franjas verticales brillantes, lo que se cree que podría tener funciones de comunicación con otros individuos o de confusión para sus presas.

Otra característica destacable es su comportamiento solitario o en pequeños grupos. Aunque en ocasiones puede formar agrupaciones, especialmente durante la alimentación, el pez vela suele moverse de forma independiente a lo largo de las aguas tropicales y subtropicales. Es un nadador incansable, siempre en movimiento, recorriendo grandes distancias en busca de alimento como sardinas, caballas o calamares.

En resumen, el pez vela es un prodigio de la naturaleza: veloz, elegante y perfectamente adaptado a su entorno.