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Adiós al plato de ducha tradicional: su alternativa son las duchas italianas y te van a conquistar

Las duchas italianas que son más fáciles de limpiar y ocupan menos espacio aumentan en popularidad

Durante años, las reformas de baño parecían seguir todas el mismo patrón, que consistía en cambiar la bañera por un plato de ducha con mampara y listo. Pero algo ha cambiado. Cada vez más personas buscan soluciones que no solo sean prácticas, sino que también transformen el baño en un espacio visualmente limpio, cómodo y bonito. Y en esa búsqueda, las duchas italianas se han convertido en las grandes protagonistas.

Puede que al principio sorprendieran, incluso generaran dudas por su diseño tan diferente. Pero basta ver una instalada para entender por qué están ganando terreno. Frente a la clásica ducha con escalón y cristal que delimita el espacio, este tipo de ducha se funde con el suelo, eliminando barreras y ganando metros, o al menos la sensación de tenerlos. ¿El resultado? Un baño que respira amplitud y orden, incluso cuando es realmente pequeño. Y no se trata tan sólo de  una cuestión estética. Las duchas italianas han llegado para quedarse porque son funcionales, seguras y muy fáciles de limpiar. Sin perfiles, sin esquinas imposibles, sin cristales llenos de cal. Una solución pensada para usarla a diario, aunque con un toque sofisticado que aporta estilo.

Qué son las duchas italianas

La ducha italiana es un espacio de ducha a ras de suelo, sin escalones ni bordes elevados. No tienen un plato convencional ni límites físicos que la separen del resto del baño. La superficie es continua, y el agua se evacúa a través de un desagüe lineal o central perfectamente integrado en el pavimento.

Este diseño abierto hace que la ducha sea más accesible y a la vez, que el baño se vea más grande. Y todo porque al quitar la mampara cerrada y otras barreras visuales, el espacio gana en fluidez y así, se ve mucho más amplio. Cada metro cuenta, y aquí se aprovecha al máximo. Por eso, este tipo de duchas son especialmente recomendables para baños pequeños o con distribuciones complejas.

Además, están pensadas para adaptarse al entorno sin imponer su presencia. Se integran y eso las convierte en una opción muy versátil. Da igual si el baño es moderno, clásico, minimalista o rústico: siempre hay una forma de hacer que encaje.

Ventajas de este tipo de duchas

Uno de los mayores atractivos de la ducha italiana es su accesibilidad. Como no tiene bordes, es sin duda una solución ideal para evitar tropezones. De hecho, es la mejor opción para personas mayores, con movilidad reducida o familias con niños pequeños. Entrar y salir es tan sencillo como dar un paso.

Pero la comodidad de este tipo de duchas se traduce también, en que son más fáciles de limpiar. Olvídate de la pesadilla que puede ser tener una mampara de cristal a la que nunca le consigues quitar las gotas de  agua o de cal. Tampoco tienes que limpiar perfiles de aluminio ni rincones donde se acumule el jabón. Con esta opción, limpiar la ducha se reduce a pasar un paño y poco más. Incluso en hogares donde el uso del baño es constante, se mantiene impecable sin demasiado esfuerzo.

En cuanto a seguridad, el sistema de drenaje está diseñado para evitar encharcamientos. El agua fluye directamente hacia el desagüe, de modo que se evitan resbalones o zonas húmedas persistentes. Y si se elige un pavimento antideslizante, aumentamos esa seguridad.

Estilo, personalización y armonía visual

Otro de los puntos fuertes de las duchas italianas es su versatilidad estética, dado que tu eliges si por ejemplo revestir con microcemento, piedra natural, gres porcelánico, cerámica o incluso mosaicos. Todo depende del estilo del baño y de lo que se quiera conseguir.

Un tipo de ducha que permite una personalización total: desde el color y la textura del suelo hasta los detalles del grifo o el tipo de rociador. Además, como no hay elementos que interrumpan la línea visual, como una mampara o un plato de diferente tono, la sensación de continuidad es total. Esto crea un efecto armónico que hace que el baño se perciba como un espacio más sereno, más limpio y más moderno.

Una solución que parece ser el futuro de las duchas

Las duchas italianas no parece que sean una tendencia pasajera. Su auge responde a un cambio real en las necesidades de los hogares: menos obstáculos, más funcionalidad, mejor estética y más facilidad en el mantenimiento. Y en ese sentido, pocas opciones son tan completas como esta.

Además, se adaptan bien a diferentes presupuestos. Si bien es cierto que requieren una correcta impermeabilización y cierta planificación técnica, especialmente en reformas, la inversión suele merecer la pena. No sólo por la estética, sino por la comodidad diaria y por cómo revaloriza el baño dentro del conjunto de la vivienda.

También hay que tener en cuenta que las puedes instalar tanto en un baño nuevo como uno que estés reformando. Lo importante es tener el asesoramiento de un profesional que entienda bien las pendientes necesarias, los sistemas de drenaje y los materiales adecuados que garanticen que todo va a funcionar bien desde el primer día y con ello, que logres decirle adiós a la bañera de siempre o al plato de ducha y dejes paso al que es sin duda, el futuro de los baños.