Comunidad Valenciana
VIA CRUCIS ENTRE HOSPITALES VALENCIANOS

Denuncian la muerte por infarto de un hombre enviado de un hospital a otro sin hacerle un cateterismo

La familia de un hombre fallecido por infarto en un hospital valenciano exigirá una fuerte indemnización a la Consejería de Sanidad después de que la víctima fuera trasladada de urgencia al Hospital de Castellón sabiendo que la máquina para hacer cateterismos que le podía salvar la vida estaba fuera de uso. «Se trata de un caso claro de descoordinación y falta de medios, que terminó costándole la vida al paciente», señala la letrada de la acusación.

La familia de Antonio está convencida de que el paciente todavía estaría con vida de no haber sido víctima de una concatenación de errores que le llevaron a la muerte. Este vecino de Castellón, de 74 años de edad, sufrió un infarto el pasado 9 de noviembre, una situación grave prevista en el protocolo de la Consejería de Sanidad de Valencia, llamado código infarto. Dicho protocolo dispone que todo paciente de la Comunidad Valenciana que sufra un infarto de miocardio sea trasladado al hospital valenciano más cercano equipado con una máquina de hemodinámica para realizar cateterismos.

Preocupados, pero conscientes de que se podía salvar la vida de Antonio, su familia llamó a una ambulancia sobre las 23:00 de esa noche. El médico de emergencias del SAMU que acudió al domicilio avisó rápidamente al Hospital General de Castellón para solicitar la máquina para hacer cateterismos, pero le informaron de que dicha máquina estaba fuera de uso por «motivos de mantenimiento». El médico buscó con rapidez una solución alternativa y solicitó trasladar al paciente al Hospital General de Valencia que sí tenía la máquina disponible y estaba a una distancia de menos de 90 minutos que establece la normativa valenciana (en este caso, estaban a menos de 60 minutos de distancia).

Sin embargo, el cardiólogo de guardia del Hospital General de Valencia se negó a recibir al paciente y les indicó que lo llevaran de nuevo al Hospital de Castellón. Allí trasladaron al paciente y le realizaron un tratamiento fibrolítico, en vez de la angioplastia con la máquina hemodinámica, que es el tratamiento indicado de urgencia en primera instancia. El paciente no mejoró con el tratamiento y tras volver a solicitar su traslado urgente al centro hospitalario valenciano, donde sí funcionaba la máquina, finalmente ingresó en el General de Valencia a las 3:45, cuatro horas después de su ingreso anterior en el Hospital de Castellón. Allí llegó en estado de shock, que no superó, a pesar de ser intervenido, falleciendo tres días después.

Ahora, la familia, que ya llevó el caso a la Fiscalía, espera el informe definitivo del cardiólogo para interponer una reclamación patrimonial a la sanidad valenciana por valor de 400.000 euros. Han elegido esa vía en vez de la penal, por la tardanza de los procedimientos penales que llegan a prolongarse hasta seis o siete años con el consiguiente desgaste moral de la familia de la víctima.

La letrada de la familia, Ica Aznar, resume los argumentos de esa reclamación en el incumplimiento de todos los protocolos, empezando por que el Hospital de Castellón tuviera la máquina fuera de servicio sin una alternativa preparada, ni un helicóptero para facilitar el traslado inmediato. También denuncia la falta de previsión de la sanidad valenciana que, conociendo la falta de operatividad del Hospital de Castellón en estos casos de vida o muerte, no tenía dispuesta orden alguna de traslado si se producía algún caso como el que nos ocupa. En tercer lugar, la letrada denuncia la negativa del Hospital de Valencia a recibir al paciente a tiempo, haciéndolo cuanto ya habían pasado cuatro horas desde la primera atención. «La conclusión es que el paciente falleció a pesar de las altas probabilidades de supervivencia que tenía», señala.