Cultura y sabor mediterráneo: Valencia es el destino

Valencia es una ciudad que recibe al visitante con los brazos abiertos. Llana, accesible y acogedora, invita a recorrerla a pie o en bicicleta, a dejarse sorprender por su equilibrio perfecto entre historia, modernidad y gastronomía. Es un lugar para todos los públicos, tanto para aquellos que buscan cultura y ocio como para quienes buscan descanso o vivir una experiencia gastronómica única. Valencia es, en definitiva, una ciudad que seduce con calma gracias a esa mezcla de energía mediterránea con tranquilidad urbana.
Una de las primeras cosas que sorprende al llegar a la ciudad es lo fácil que resulta moverse por ella. Su topografía llana la hace ideal para caminar, pasear en bicicleta o moverse en transporte público. Valencia cuenta con una amplia red de metro que conecta el centro con todos los puntos señalados de la ciudad, así como con el aeropuerto, en apenas 20 minutos. Los autobuses llegan a todos los rincones y los carriles bici atraviesan los barrios y los parques, incluido el antiguo cauce del río Turia, convertido en la actualidad en un impresionante corredor verde.
Una ciudad histórica y cosmopolita
Valencia es una ciudad histórica pero también cosmopolita, convertida en los últimos años en uno de los destinos preferidos por los viajeros de todo el mundo. La historia se pasea por las calles de su casco antiguo, uno de los más grandes y mejor conservados de Europa. La Lonja de la Seda, joya del gótico civil valenciano, declarada Patrimonio de la Humanidad, nos cuenta de una época en que Valencia fue el epicentro del comercio mediterráneo.
A pocos pasos, se encuentra el Mercado Central, obra maestra del modernismo, una explosión de colores, olores y sabores que bulle cada mañana en torno a los productos frescos. Pasear por el barrio del Carmen es hacerlo por un bello laberinto donde palacios medievales, grafitis contemporáneos y placitas con encanto conviven en armonía. Las imponentes Torres de Serrano, testigos de piedra que han visto pasar siglos de historia, marcan el antiguo acceso a la ciudad amurallada.
Es visita obligada La Catedral, con su mezcla de estilos arquitectónicos y su legendario Miguelete. En ella se guarda uno de los mayores tesoros del cristianismo: el Santo Cáliz, que ha convertido a la ciudad en lugar de peregrinación. Y es que Valencia celebrará el último jueves de octubre de 2025 el tercer año jubilar del Santo Cáliz, concedido por el Papa Francisco. Durante el año, peregrinos de todo el mundo se darán cita en los templos jubilares de la ciudad, entre los que destaca la Catedral.
Modernidad y vanguardia
Pero no sólo historia, la modernidad y la vanguardia también se respiran en la ciudad. El ejemplo más icónico es la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el espectacular conjunto futurista diseñado por Calatrava, que alberga el Museo de las Ciencias, el Hemisfèric, el Oceanogràfic y el Palau de les Arts. Un espacio cultural y divulgativo que asombra tanto a adultos como a niños.
Y muy cerca de la Marina de Valencia, se alza el Veles e Vents, un edificio de líneas puras, que fue símbolo de la Copa América y que alberga cultura, eventos y gastronomía de alto nivel, con vistas al mar.
La naturaleza late en la ciudad
La naturaleza también está muy presente en el corazón de la ciudad, y es que uno de los mayores orgullos de Valencia es su carácter verde. De hecho, fue reconocida por la Comisión Europea como Capital Verde Europea en 2024.
El antiguo cauce del Turia es hoy un extraordinario parque urbano de más de 9 km. Un oasis que atraviesa la ciudad como una espina dorsal verde conectando muchos de los puntos turísticos como el centro histórico, las Torres de Serranos, la Ciudad de las Artes y las Ciencias o el palacio de las Artes Reina Sofía.
Pero no solo el cauce del Turia, son muchos los parques y jardines dentro de la ciudad que ofrecen espacios verdes vibrantes que actúan como pulmones para la ciudad, proporcionando a los residentes y visitantes áreas de recreación y relajación.
Y a tan solo unos minutos de la ciudad, encontramos una zona protegida, de un altísimo valor ecológico: el parque natural de la Albufera, donde se puede disfrutar de la observación de las aves, de paseos en barca y de atardeceres inolvidables.
Una experiencia gastronómica única
Pero si hay algo con lo que se asocia mundialmente a Valencia es la paella, nuestro plato más emblemático, que más que en plato se ha convertido en una forma de vida, en toda una cultura de los que se sientan a compartir alrededor de una mesa. El visitante comprobará que el mundo del arroz abarca mucho más que la paella, las recetas son casi infinitas: arroces melosos, caldosos, arroz al horno, arroz del senyoret aprovechan lo mejor de la despensa valenciana, tanto del mar como de la huerta.
La gastronomía local se convierte así en uno de los grandes atractivos del turismo. En la ciudad conviven casas de comidas centenarias, bares de tapas con solera, arrocerías y una creciente oferta de alta cocina, como corroboran las estrellas Michelín que ostentan varios de sus restaurantes. Valencia celebra sus raíces y lo hace innovando, reinterpretando sabores de siempre con las técnicas más actuales.
Accesible, cómoda y sorprendente, Valencia es una ciudad abierta y viva que invita a vivir una experiencia con todos los sentidos. Apta para mayores, para pequeños, para aventureros, para amantes del arte, del mar o de la buena mesa, Valencia sin duda enamora. www.comunitatvalenciana.com