Ciencia
Según la Universidad de Harvard, todo forma parte de un falso mito

¿Qué relación existe entre el dolor articular y la lluvia?

Todos hemos escuchado alguna vez esta frase: «Mañana va a llover hijo… ya me está doliendo la rodilla». La cara de estupor al oír por primera vez esta extraña afirmación es tan difícil de describir que la ciencia ha tenido que tomar cartas en el asunto. Con el paso del tiempo, la frase se termina convirtiendo en algo habitual hasta que te terminas creyendo que la lluvia y el dolor articular tiene algún aspecto en común. Sin embargo, la Universidad de Harvard ha demostrado que esta teoría, típica de las abuelas, no es más que un falso mito que no se puede demostrar. Te lo contamos.

«Mañana llueve, seguro»

Una frase típica de las personas mayores

La relación entre las condiciones meteorológicas y el dolor articular siempre se ha presentado como un aspecto habitual entre nuestros mayores. Una tendencia que impone una correlación entre las lluvias y el lamento de las personas debido a numerosos problemas con sus articulaciones. Por eso desde la Escuela de Medicina de Harvard han querido resolver las dudas de una vez por todas.

Como era de esperar,  Harvard no ha encontrado ninguna prueba determinante para poder relacionar estos dos fenómenos. Para ello ha realizado un estudio a través del Departamento de Política de Atención Médica de la Facultad de Medicina que basaba su interés en las visitas de atención primaria para el dolor de las articulaciones y espalda en comparación a los niveles de precipitaciones diarias. Los resultados son más que evidentes. En principio, existen algunos casos en los que aumenta el número de pacientes, sin embargo, la gran mayoría de ocasiones no se produce ninguna relación plausible. Así que podemos a llegar a una conclusión: O todo es un mito indemostrable o la mayoría de la población que siente esta «premonición» se guarda el dolor para sus adentros y decide no acudir al médico.

Todo parece haberse quedado en un falso mito

Desde la investigación aseguran que es complicado demostrar que esta correlación entre dolor articular y lluvias sea negativa. Pero es aún más complicado demostrar que es positiva. Así que ya sabes, la próxima vez que te duela una articulación y comience a llover, no dudes en comunicárselo a la universidad americana.