Ciencia
Obesidad

El sentido del gusto es el gran enemigo de la obesidad

Entre las consecuencias del sobrepeso y la obesidad, están los datos sobre que el sentido del gusto puede sufrir mermas claras. Te contamos más.

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  • Francisco María
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Según un nuevo estudio de la Universidad de Cornell, el sentido del gusto es el gran enemigo de la obesidad. Esto se debe a que las personas obesas tienden a tener un sentido del gusto más debilitado a medida que aumentan de peso. Esto se ha podido demostrar a través de pruebas del sabor, las que han dado como resultado que a las personas obesas les funciona mucho menos el sentido del sabor que a las personas de peso normal. Se desconoce el porqué de estos resultados. Para entender un poco más esta relación el profesor asistente de ciencia de los alimentos en la Universidad de Cornell Robin Dando realizó este experimento. Observó que, con una dieta rica en grasas, las papilas gustativas se marchitaban lentamente.

Este estudio demuestra que el sentido del gusto se adormece anulando su función ante la obesidad

Este estudio apareció en la revista PloS Biology en el año 2018, el cual comprueba que el sentido del gusto se adormece en las personas obesas. Robin Dando presentó su estudio en el cual se alimentaron a los ratones de laboratorio con una dieta especial, con la que se los trató de engordar lo más posible.

Los ratones se alimentaron con una dieta poco saludable, con la que engordaron rápidamente. Una vez logrado el sobrepeso, a las ocho semanas, fueron sacrificados y se estudiaron sus lenguas, las cuales se compararon con las de los animales más flacos.

En los ratones gordos, el estudio arrojo datos sobre que las papilas gustativas se marchitaban lentamente. «Los obesos tienen alrededor de un 25 por ciento menos de papilas gustativas», dijo Dando. En los ratones gordos notó que las papilas gustativas se estaban extinguiendo más rápido y que estaban tardando más en reemplazarse o renovarse.

En este mismo experimento, los investigadores incluyeron otros dos grupos de ratones para comprobar si el sentido del gusto se siente afectado con la obesidad.

En este caso la prueba continúo con una modificación genética

Uno de los grupos fue modificado genéticamente, de manera tal que a pesar de recibir una dieta rica en grasa no engordaron. Dando dice que estos ratones “resistentes a la obesidad” finalizadas las ocho semanas, se les realizó también el estudio de la lengua.

El resultado fue que estos ratones mantuvieron sus papilas gustativas intactas igual a la de sus contrapartes, más delgados.

Esto nos dice que no es la dieta la que acaba con las papilas gustativas. En conjunto, estos datos sugieren que los ratones gordos perdieron sus papilas gustativas debido a la inflamación relacionada con la obesidad.

Otros de los descubrimientos de Dando fue que la pérdida del sentido del gusto no era permanente, ya que a medida que la obesidad baja entre los pacientes de cirugía bariátrica, las papilas gustativas se normalizan.