La formación de Urano
Saber de dónde vienen los planetas nos facilita la labor a la hora de conocer cuál es nuestro origen como seres vivos y como especie. Por eso hoy nos centramos en uno de los mundos más peculiares y misteriosos del Sistema Solar, vamos a teorizar sobre la formación de Urano.
Recientemente supimos que, según los últimos datos analizados, Urano es un mundo que debe oler a podrido, o esa sensación tendríamos si pudiésemos pegar nuestra nariz a su atmósfera. Pero, ¿de dónde viene este desconocido planeta? Veamos qué sabemos.
Parece evidente que planetas rocosos como la Tierra o Venus se forman por la acreción del material expulsado por la estrella anfitriona. Por efecto del viento solar, estos se van acumulando creando lunas, asteroides, cometas, mundos y cinturones como el de Kuiper.
Pero, ¿qué pasa con los mundos gaseosos? Recientemente, tras descubrir un buen número de exoplanetas, hemos visto que no es extraño localizar lugares parecidos a Urano o Neptuno. ¿De dónde vienen?
Cómo pudo ser la formación de Urano
Actualmente, Urano está considerado como un planeta especial, pues se cree que tendría un núcleo rocoso en el centro de una muy extensa atmósfera. Es decir, que podría haber comenzado su formación de forma similar a la de la Tierra, por ejemplo. Sin embargo, después atrajo grandes cantidades de metano, helio e hidrógeno, lo que completó una gran atmosfera llena de gases.
De todas formas, la información que tenemos es bastante escasa. La ESA lanzó hace unos años la misión CHEOPS, que podría aportar mucha información sobre la formación planetaria de mundos como Neptuno, Urano o las supertierras.
De momento, solo podemos teorizar al respecto. Por ejemplo, con aquella parte de la comunidad científica que considera que se compactaron millones de años atrás los cúmulos de gas y polvo del Sistema Solar primigenio hasta dar lugar a mundos gaseosos a mayor velocidad que los rocosos que, además, estabilizaron sus órbitas antes.
También encontramos la teoría llamada de acreción de guijarros. En este caso, el modelo afirma que los planetas más grandes se formaron incluso 1000 veces más rápido que los rocosos más pequeños. Los componentes más ligeros eran atraídos a gran velocidad hacia su órbita.
Igualmente existe el conocido como Modelo Bello, estimado en París, que cree que mundos como Urano estaban muy cerca del Sol, pero migraron hacia sus órbitas más alejadas mientras expulsaban el material que hoy forma el Cinturón de Kuiper.
También se considera que Urano chocó con un protoplaneta del tamaño de la Tierra, de ahí la excentricidad de su órbita y su posición extremadamente inclinada con los polos en dirección al Sol.
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