Claves para medir la temperatura de los niños con un termómetro
De manera indiscutible, uno de los principales aspectos que preocupa a los padres respecto a sus hijos es que estén bien de salud. Por eso, no dudan en cuidarlos adecuadamente y, por supuesto, en tener en casa todo lo que necesitan para poder comprobar si están enfermos o no. De ahí que un artículo que se convierta en imprescindible en cualquier hogar con niños sea el termómetro.
Un dispositivo ese que todos conocemos, pero del que existen dudas al respecto. Por ese motivo, a continuación vamos a exponer algunos de los datos más relevantes que hay que tener claros sobre el mismo, partiendo de los consejos y recomendaciones de pediatras:
Tipos de termómetros
Lo primero que hay que saber es que no hay un único tipo de termómetro sino varios:
Termómetro de mercurio
Este es el “de toda la vida”, el que teníamos en casa cuando éramos niños y que ahora, a pesar de su enorme fiabilidad, está completamente en desuso porque el mercurio que contiene puede ser perjudicial tanto para el pequeño como para el medioambiente.
Termómetro digital
Es el que ahora más se utiliza tanto a nivel doméstico como en centros hospitalarios. Tiene varias ventajas que han traído consigo que se erija en el más importante: da un resultado totalmente fiable, es fácil de utilizar y nos ofrece el dato de la temperatura que deseamos en breve periodo de tiempo.
Termómetro de oído
Como su propio nombre indica, se coloca en el oído. No es de los más relevantes porque se considera que tiene un alto porcentaje de error.
A estos tres modelos habría que añadir otros como los de tipo chupete o los que realizan lo que se conoce como “medición cutánea”. Estos últimos son los que se considera que directamente dan la temperatura del menor poniéndose en contacto con su frente.
¿En qué parte del cuerpo tomar la temperatura?
Muchas veces a los padres les surge la duda siguiente: ¿dónde coloco a mi hijo el termómetro para obtener el resultado más fiable? En ese caso, deben saber que el mejor lugar es el recto, aunque también es adecuada la axila.
Precauciones de uso
Está claro que aparentemente el termómetro es un artículo sencillo y que no puede provocar ningún tipo de daño, pero no eso no es del todo cierto. Y es que se hace necesario tomar una serie de medidas de precaución al emplearlo para evitar problemas:
- Tanto si se coloca en el recto como en el oído, es importante asegurarse de que el pequeño no se va a mover y no se mueva durante la medición de la temperatura. Si lo hace se hará una lesión que puede ser de considerable gravedad.
- Si se tiene en casa un termómetro de mercurio que es el que se está utilizando, hay que extremar las precauciones para que no se caiga y se fracture. En el caso de que eso ocurra es imprescindible evitar que el niño entre en contacto con el material de su interior o bien con los cristales rotos, pues se podría cortar.
- Hay termómetros, como los digitales, que funcionan con pilas. Por eso, si estas se agotan durante la medición de la fiebre al menor, hay que vigilar que este no las coja porque se las podría llevar a la boca y sufrir un atragantamiento.
Los datos expuestos hasta el momento son algunos de los más importantes que merece la pena tener en cuenta respecto a la utilización del termómetro, pero no son los únicos. Por eso, a continuación te vamos a exponer otros que, de igual modo, te resultarán interesantes y útiles:
- Es recomendable, por motivos de higiene, que después de cada uso del citado dispositivo digital, el mismo se lave con agua y con jabón, especialmente si se le ha colocado al niño en el recto.
- Si se emplean artículos de ese tipo que no avisan mediante un pitido de que ya se ha tomado la temperatura, el tiempo para saberla será de unos cuatro minutos si se coloca en la axila o de dos minutos si se elige lo que es el recto o incluso la boca.
- Los pediatras aconsejan que cuando se trate de menores de 5 años no se opte por tomarles la temperatura de manera normal en el recto o en la boca, sino que se haga únicamente en ocasiones puntuales.
- Según la zona del cuerpo donde se produzca la medición se considerará que el niño tiene fiebre si alcanza unos grados u otros. Así, por ejemplo, tendrá un cuadro febril si tomándosela en el recto indica 38º, mientras que en la axila y en la boca lo poseerá si el termómetro marca 37,5º.
Con toda esta información, estarás absolutamente preparado para usar de manera correcta este artículo cuando consideres que tu pequeño puede estar enfermo.
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