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¿Cómo es la evolución de los pies y piernas en bebés y niños?

Descubre cómo evolucionan los huesos del pie y de las piernas de los bebés así como de los niños pequeños y cómo tratar cualquier problema.

El desarrollo de los huesos del pie y las piernas de los bebés y niños, siempre progresa un poco más rápido que el resto del cuerpo. De hecho, los huesos de los pies de los niños siempre están literalmente un paso por delante de otras partes del cuerpo, como las manos y los brazos, de modo que vemos cómo se desarrolla esta parte y también las piernas, y en qué fijarnos para detectar cualquier problema.

¿Cómo es la evolución de los pies y piernas en bebés y niños?

Cuando un bebé nace, los huesos del pie aún no están desarrollados. El esqueleto del pie está compuesto principalmente de cartílago, que es blando y deformable. Los pies del bebé son planos y regordetes. Esta impresión es causada por el grueso relleno de grasa que los protege.

Incluso a la edad de gatear, los pies de los bebés todavía no se parecen a los pies de los adultos. Solo cuando el niño se endereza y comienza a ponerse de pie y caminar, se forman los arcos longitudinales y transversales de los pies. No es hasta que el niño tiene seis años cuando los huesos de su pie adquieren las proporciones de un adulto.

La osificación del esqueleto en el pie puede durar hasta la adolescencia. De hecho, la longitud final del pie se alcanza a los 12 o 13 años para las niñas y entre los 14 y 15 años para los niños.

Cómo son las piernas del bebé

De igual forma a los huesos del pie, las piernas del bebé al nacer no están del todo desarrollados, de hecho, a menudo los padres se preocupan porque el bebé presenta unas piernas que parecen tener una forma ligeramente arqueada.

No hay razón para alarmarse. Las piernas arqueadas o en O son completamente normales en los recién nacidos. En el útero de la madre, las condiciones de espacio son limitadas para que el feto tome la posición más económica posible.

El crecimiento óseo directo no es posible dentro del seno. Además, las piernas ligeramente arqueadas son prácticas cuando el niño comienza a caminar, ya que ofrece a los principiantes valientes una estabilidad adicional.

Las piernas en los niños pequeños

Las piernas del recién nacido arqueadas se convierten en las típicas piernas X del niño pequeño durante el desarrollo de los pies y las piernas. A menudo, esta posición en X dura hasta después del jardín de infantes. El eje de las piernas se ajusta al crecimiento de huesos, ligamentos y músculos.

A los seis años, la posición de las piernas ya se ha estabilizado en la mayoría de los niños. Sin embargo, los controles pediátricos y las visitas ortopédicas siguen siendo recomendables. De esta forma, las posibles malas posturas de los pies pueden detectarse y tratarse a tiempo.

Causas de mala posición del pie en niños

La mala posición del pie en los niños puede ser congénita o adquirida. Cuando es algo congénito es porque tiene un origen genético o surge de posturas forzadas en el útero debido a limitaciones de espacio.

Se pueden adquirir posiciones inadecuadas del pie durante el desarrollo de los pies y las piernas de los niños, por ejemplo, si el niño tiene sobrepeso, no hace demasiado ejercicio o los zapatos no son adecuados. Muy pocos bebés nacen con una mala posición del pie.

¿Cuáles son las malas posiciones de los pies?

Muchas de las malas posiciones en el piel del bebé son inofensivas y desaparecen con los años. Sin embargo, hay algunos trastornos del desarrollo que deben diagnosticarse rápidamente para recibir un tratamiento adecuado. Los pies influyen en el desarrollo del resto del sistema motor, por lo que su crecimiento debe ser saludable.

Entre las malas posiciones que pueden desarrollar los pies de un bebé o de un niño pequeño tendríamos que mencionar:

Para todas estas malas posiciones, y otras, es importante que un ortopedista o fisioterapeuta examine los pies y la marcha del niño a intervalos regulares para tratar y corregirlas prematuramente.

Cómo evitar malas posturas de los pies

A menudo, las malas posturas en los niños se corrigen con la edad. Sin embargo, hay cosas que podemos hacer para evitar que aparezcan.

  1. No obligues a tu hijo a caminar o ponerse de pie temprano. Debería comenzar cuando pueda estar solo y cuando esté listo.
  2. Procura que el niño tenga el peso adecuado, ya que el sobrepeso puede causar una mala posición de los pies, las rodillas y las caderas, con el consiguiente problema a largo plazo.
  3. Asegúrate de que tu hijo esté descalzo tanto como sea posible. Superficies ásperas como el césped y la arena favorecen la salud de los músculos del pie y la estabilidad del arco.
  4. Compra calzado apropiado.
  5. Haz gimnasia de pies con él para que tanto sus pies como los de su hijo se beneficien de los ejercicios de fortalecimiento.

En el caso de que el pediatra u ortopedista diagnostique una mala postura de los pies de tu hijo, el tratamiento incluirá fisioterapia y ejercicios de movimiento. Además es posible que los niños pequeños usen plantillas, ya que se pueden lograr muchas mejoras con la ayuda de ejercicios especiales.