Acaba de dar a luz y, bajo los efectos de la epidural, tiene que presentarse a un examen para optar a un empleo fijo

Acaba de dar a luz y, bajo los efectos de la epidural, tiene que presentarse a un examen para optar a un empleo fijo

Cada vez más en nuestra sociedad se habla de que desde las autoridades, instituciones y empresas se tiene que apostar por llevar a cabo iniciativas que permitan a las mujeres, especialmente, poder conciliar vida profesional y familiar. Sin embargo, en muchas ocasiones sólo son eso, palabras, porque luego los actos no aparecen por ningún lado. Y buena muestra de esto es el caso que ahora hemos conocido y que simplemente nos ha escandalizado: una mujer que acaba de dar a luz no recibe ninguna alternativa y tiene que presentarse a un examen para optar a una plaza fija bajo los efectos de la epidural.

La protagonista

Carmen Truyols. Este es el nombre de la médico anestesista que ahora se ha convertido en protagonista de una historia que a todos nos ha conmocionado y sorprendido a partes iguales. Y es que, ante la falta de alternativas por parte de la Comunidad de Madrid, se ha visto en la necesidad de tener que hacer un examen para conseguir un empleo fijo después de dar a luz, aún con la epidural provocando que no sintiera las piernas y sangrando.

El origen de todo

Tres años, después de haber pasado cuatro como residente tras aprobar unas oposiciones, son los que esta doctora, especialista en Anestesiología y Reanimación, lleva trabajando para la Comunidad de Madrid. Lo está haciendo como trabajadora eventual, lo que supone que durante este tiempo ha estado encadenando contratos, de dos o seis meses e incluso de un año.

Sin embargo, en estos meses vio una oportunidad clara para poder encontrar una notable estabilidad y seguridad laboral. Y es que, tras seis años sin haberse convocado oposiciones de su sector, se ponía en marcha una oferta de 45 plazas fijas, a la que no dudó en apuntarse al igual que otras 650 personas más.

Se inscribió en el citado proceso selectivo y al hacerlo optó por informar al tribunal de que se encontraba en avanzado estado de gestación y que, en cualquier momento, podía ponerse de parto. Ante esa información, según relata, lo único que se le ofreció es la oportunidad de que si eso sucedía, un miembro del tribunal se personaría en el hospital y le haría el pertinente examen.

Los hechos

¿Qué sucedió? Básicamente que Truyols se puso de parto justo en la fecha de la prueba. Eso supuso que nada más dar a luz a su bebé en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid tuviera que marcharse a una sala habilitada para ella en la que poder realizar el examen.

En concreto, según ha relatado a los distintos medios de comunicación, nada más venir al mundo su hijo, la suturaron, le permitieron que lo viera y cogiera un momento, para luego sondarla y llevarla al espacio donde debía opositar. Un lugar al que llegó aún bajo los efectos de la epidural, pues aún no sentía las piernas, y, como es lógico en estos casos, sangrando.

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La denuncia pública

Después de vivir esta experiencia, Carmen Truyols no ha dudado en denunciar la misma de manera pública. En concreto, ha expuesto que es increíble que en la actualidad, donde tanto se habla de conciliación, no se le ofrezcan posibilidades para opositar a una mujer que ha dado a luz y que se ve obligada, en pro de conseguir la estabilidad laboral para su familia, a hacer un examen en condiciones que no son las mismas en las que se encuentran el resto de candidatos.

Y es que, como ha manifestado, aún no podía mover las piernas por la anestesia, llevaba el suero puesto, estaba sangrando como es habitual tras un parto, había estado horas sin dormir y sin comer, había tenido que hacerle frente al momento complejo del alumbramiento…Por supuesto, todo eso sin pasar por alto que se vio en la necesidad de pasar alejada de su hijo sus primeras horas de vida, en las que no pudo darle el pecho ni tenerlo en brazos.

Por todo lo sucedido, esta médico ha expuesto que le parece una vergüenza que no existan aún herramientas para que situaciones como esa no tengan lugar. Que es un auténtico espanto que en pleno siglo XXI la mujer que desea ser madre y quiere ser trabajadora al mismo tiempo tenga que pasar por una situación que es totalmente injusta, porque, como es su caso, no se encontraba en las mismas condiciones que el resto de candidatos.

Habrá que esperar para ver si el caso de Truyols consigue remover conciencias o, por lo menos, crea debate entre las instituciones para darle forma a alternativas y soluciones para evitar situaciones como la que ha tenido lugar. Está bien hablar de conciliación, pero carece de sentido si no se fomenta, impulsa y favorece.

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