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Iglesia

Las monjas de Sant Jeroni planean ceder del convento a fines sociales tras vencer al obispo de Mallorca

La intención inicial es destinarlo a Amadip, la asociación de ayuda a personas con discapacidad intelectual

Las monjas reabren el convento para celebrar una misa de acción de gracias por su victoria judicial

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La batalla entre el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, y la orden de las monjas Jerónimas por la propiedad del convento ubicado en el centro histórico de Palma se recrudece al tiempo que se difumina cualquier posibilidad de llegar a un acuerdo amistoso. Tras la sentencia judicial que les otorga la propiedad del monasterio, las religiosas han recuperado el proyecto de destinarlo a fines sociales y se plantean cederlo a la asociación de familiares de personas con discapacidad intelectual Amadip. Si prospera la iniciativa, las religiosas volverían a residir en Sant Jeroni.

Las monjas no se amedrentan ante el anuncio del Obispado de presentar un recurso contra la sentencia judicial y este domingo han reabierto la iglesia, cerrada desde 2014, para celebrar una misa de acción de gracias por su victoria inicial ante la Justicia.

Sobre las 10,30 horas de este domingo los vecinos del barrio palmesano de Sa Calatrava han observado con sorpresa como después de ocho años cerrada a cal y canto la iglesia de Sant Jeroni volvía a abrir sus puertas. El sonido del órgano anunciaba que algo sucedía en la iglesia y pronto se ha sabido que se iba a celebrar una misa de acción de gracias por la victoria de las monjas contra el Obispado de Mallorca que preside monseñor Sebastià Taltavull.

Han asistido a la celebración la comunidad de la jerónimas, que ahora tiene su convento en Inca, y el grupo de voluntarios que durante estos años se ha hecho cargo del mantenimiento del monasterio.

La misa ha sido oficiada por el padre Enrique Trigueros, abad del monasterio cisterciense de Oseira, en Ourense, y las monjas, que son de clausura, han seguido la celebración desde el coro.

María del Pilar Rosselló, abogada de las monjas, ha comentado que la iglesia ha estado cerrada ocho años pero que durante este tiempo ha sido mantenidas en perfectas condiciones gracias al trabajo de los voluntarios y a las inversiones en restauración realizadas por las religiosas.

Por su parte, la presidenta federal del monasterio de las Jerónimas de Santa Paula, Sor Ángeles Sanz Rodríguez, ha lamentado que el recurso del Obispado hayan retrasado la reapertura del monasterio, o bien como centro social o bien como centro religioso. Según la presidenta federal del monasterio, el proyecto de Amadip puede funcionar.

La batalla por la titularidad del convento de Sant Jeroni se inició en 2014  cuando el Obispado inscribió a su nombre el edificio de 6.418 metros cuadrados y de enorme valor patrimonial e inmobiliario que cuenta con jardines, huerto y patios.

Las religiosas de la orden habían residido en este convento, denominado de Santa Isabel, desde agosto de 1485. El recinto se había quedado anticuado y excesivamente grande para una comunidad de apenas una decena de religiosas.

Meses después del traslado, el Obispado inmatriculó la propiedad del monasterio y reclamó las llaves  con el argumento de que sospechaba que las monjas pudieran acabar vendiendo el inmueble. Nada más lejos de la realidad. En todo caso había sospechas de que el Obispado tenía la intención de rentabilizar el convento convirtiéndolo en un hotel.

Las monjas se negaron a entregar las llaves y aquí empezó la batalla. El primer episodio fue una trifulca en plena calle cuando las monjas se disponían a iniciar el traslado al convento de Inca de algunos cuadros, muebles y objetos religiosos. Personal del Obispado acudió a la Plaza de Sant Jeroni para impedirlo.

El siguiente episodio fue el inicio de la batalla judicial que de momento se salda con la sentencia a favor de las monjas.  Para conseguir esta victoria, las religiosas han presentado 143 documentos que prueban que el Convento de Santa Isabel siempre ha sido suyo. Entre los documentos, los certificados de dos obispos, facturas por obras realizadas, contratos de alquiler y notificaciones del catastro.

El Obispado, por su parte, defendía que la comunidad de religiosas Jerónimas del Convento de Santa Isabel dejó de existir como personalidad jurídica en junio de 2014, cuando las monjas se trasladaron a Inca.

La priora de las Jerónimas sor Ángeles Sanz, explicó esta pasada semana que la resolución judicial “muy esperada” ha llegado después de “algo tan escandaloso” como ha sido el no llegar a acuerdos entre los propios miembros de la Iglesia. “No es un triunfo, es simple y llanamente la verdad que ha salido a la luz», añadió la priora.

Sor Ángeles Sanz es también presidenta de la Federación de Monasterios de Monjas Jerónimas de Santa Paula y destacó el “sufrimiento” que han padecido durante años por tener que lidiar con alguien como el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. “Lo he pasado mal, por un dolor interno de que la Iglesia esté separada”, dijo la priora. Además, lamentó que había pedido entrevistarse varias veces con el obispo a solas y que no lo había conseguido.