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Iglesias para los ‘sintecho’

La Sapiència y Sojorn, dos entidades de escasa entidad, más Cáritas Mallorca que han atendido a 815 personas sin hogar este último año, organizaron un acto de sensibilización de personas sin hogar. Y a ellas se sumó el obispo de Mallorca. El prelado dijo, entre otras cosas, que la vivienda es un derecho humano y todo es mundo merece un espacio para vivir, lo cual, es -alquileres insostenibles y falta de vivienda pública y de protección social aparte- absolutamente cierto. Pero el reverendísimo señor obispo dijo algo más: «Si la emergencia habitacional es muy grave, donaremos iglesias para hacer viviendas dentro». Y aquí bien pudiera ser que, dicho sea, con todos los respetos, errando el tiro le saliera por la culata.

Corría el año 1973 y andaría entonces de obispo de Mallorca don Teodoro Úbeda -lo mucho que ha llovido desde entonces-, cuando se le ocurrió la idea de tratar de rentabilizar los numerosos bienes que, perfectamente infrautilizados, tiene la Iglesia mallorquina. Sin embargo, aquella buena iniciativa acabó en nada y hoy, casi medio siglo después, continúa poco más o menos en la misma situación. Ya ven qué cosas.

Tiene Mallorca en la actualidad 150 parroquias, amén de algunos otros templos menores, y cada parroquia se supone que dispone de una o varias viviendas o rectorías, muchas de las cuales no están en la actualidad ocupadas al quedar sus sacerdotes al cuidado de varias parroquias, mientras que otras bien podrían ser ocupadas a su vez por varios sacerdotes, economizando con ello espacios. Ya tenemos, tiene la iglesia claro, un magnífico patrimonio inmobiliario que, o bien podría cederles y pasasen a ocuparlo los sintecho o bien rentabilizarlo algo más destinando el dinero resultante a atenderles.

Pero «donaremos iglesias para hacer viviendas dentro», dijo el obispo Sebastià Taltavull. ¿Entonces por cuál de ellas se le ocurrirá empezar? A ver.

MIÉRCOLES: UNA COLONIA DE PLACER. Hete aquí una definición: «Baleares somos una colonia de placer que recibe violencia capitalista», lo cual supone una perfecta y original confusión de dos conceptos, el turismo y el colonialismo, pero bien está si a la ibicenca doña Neus Tur, de Podemos, politóloga y especialista en género, así le parece. El notable descubrimiento se hizo dentro de la Uni de Otoño de Podemos, qué ilu, que consiste en varios días de charlas que dan voz a la izquierda más radical del panorama actual y, sin duda como una de las bellas artes más, se celebró en el local de Madrid que lleva su mismo nombre.

La ponente desarrolló esta teoría digna de mención sobre las Baleares, asegurando que «somos una colonia de placer con un modelo turístico liminal en donde las violencias capitalistas y patriarcales que sufrimos las mujeres se agravan y aumentan exponencialmente». No se había contemplado nunca el turismo desde esta perspectiva, pero vayan ustedes a saber si nuestro sistema económico actual se basa en violencias capitalistas y patriarcales.