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REDES SOCIALES

Detenido un hombre en Palma por amenazar a un grupo de menores a través de Tik Tok

El arrestado quería acabar con la vida de tres adolescentes implicadas en un caso de acoso escolar

Agentes de la Policía Nacional han detenido en Palma a un hombre acusado de amenazar a un grupo de menores a través de Tik Tok, después de publicar un comentario de carácter violento dirigido a un grupo de menores de edad en una conocida red social.

La investigación se inició a finales de octubre, cuando el Grupo de Delitos Tecnológicos y Delincuencia Económica de la Policía Nacional recibió una denuncia relacionada con la publicación de amenazas graves en el hilo de comentarios de una noticia difundida masivamente en redes sociales.

La noticia en cuestión hacía referencia a tres chicas menores de edad de la península, presuntamente implicadas en un caso de acoso escolar que habría derivado en el fallecimiento de otra adolescente. El suceso generó una fuerte indignación social y provocó una oleada de mensajes en internet. Entre ellos, destacó uno especialmente alarmante: un usuario, amparado en el anonimato, manifestó su intención de acabar con la vida de las menores involucradas.

El comentario fue publicado en un hilo que acumulaba más de dos millones de visualizaciones y más de 600 respuestas, lo que, según los investigadores, aumentaba el riesgo de que otras personas pudieran tomarlo como una incitación a la violencia o replicar su contenido.

La plataforma, al detectar el comentario amenazante, activó sus protocolos internos y notificó el hecho a las autoridades competentes. De inmediato, procedió al bloqueo del perfil implicado y a la eliminación del mensaje, considerando su naturaleza delictiva y el peligro que representaba.

Los agentes especializados en ciberdelincuencia analizaron el informe remitido por la empresa tecnológica y comenzaron una exhaustiva labor de rastreo digital para identificar al autor. A pesar de que el individuo empleaba un perfil anónimo y había tratado de ocultar su identidad mediante herramientas de enmascaramiento, los investigadores lograron localizarlo tras un minucioso trabajo técnico.

Fuentes policiales subrayan que el anonimato en la red no garantiza la impunidad. «Cada comentario, cada publicación deja un rastro digital. Amenazar o incitar a la violencia en internet tiene las mismas consecuencias que hacerlo en persona», señalaron. Los especialistas del Grupo de Delitos Tecnológicos recuerdan que este tipo de conductas están tipificadas en el Código Penal y pueden conllevar penas de prisión, especialmente cuando las amenazas se realizan de forma pública y utilizando medios de comunicación o difusión masiva, como las redes sociales.

Tras recopilar las pruebas necesarias y confirmar la identidad del sospechoso, los agentes procedieron a su detención el pasado 5 de noviembre en Palma. El hombre fue trasladado a dependencias policiales, donde se le informó de sus derechos y se le imputó un delito de amenazas graves a través de medios telemáticos. Posteriormente, fue puesto a disposición de la autoridad judicial.

Según fuentes próximas al caso, el detenido no tenía antecedentes por delitos similares, aunque los investigadores no descartan que pudiera haber participado en otros foros o publicaciones con contenido de odio o amenazas.

Desde la Policía Nacional se insiste en la importancia de denunciar cualquier contenido que promueva la violencia o el odio en internet. «Las redes sociales no son un espacio sin ley. Las palabras tienen consecuencias, y la colaboración ciudadana es clave para detectar conductas peligrosas», advirtieron los agentes encargados del caso.

La operación, coordinada por el Grupo de Delitos Tecnológicos y Delincuencia Económica, pone nuevamente de relieve la creciente labor de la Policía Nacional en la lucha contra los delitos cometidos en el entorno digital, que van desde el acoso y las amenazas hasta las estafas y la difusión de contenidos ilícitos.

Con esta actuación, las autoridades pretenden enviar un mensaje claro: las amenazas en internet no son un juego ni un desahogo, sino un delito con graves consecuencias legales. El caso, que ha despertado un intenso debate social sobre los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad en el uso de las redes, continúa bajo la supervisión judicial.