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Crítica

Un ‘Cyrano’ en clave de teatro existencial

El Teatro Principal ha coproducido esta inspiradísima versión de 'Cyrano' de la compañía La Impaciència

Rodo Gener, espectacular como siempre. Salvador Oliva, magistral en su histrionismo como siempre. Xavi Núñez, entre la templanza y los guiños, como siempre. La terna que nos regaló cien minutos de sabiduría actoral.

Elegir variaciones instrumentales de The End (Doors) como leitmotiv es manera ingeniosa de maridar un clásico de la comedie francaise de finales del siglo XIX y las maneras desacomplejadas del teatro del siglo XXI. Es, además, este Cyrano representado en la sala pequeña del Teatro Principal de Palma un perfecto ejemplo de la síntesis minimal que define a la compañía La Impaciència: una simplicidad extrema, enfocándose en lo fundamental.

Otro elemento interesante de su puesta en escena es apelar al lenguaje del cine, creando una imagen de gran plasticidad y que después sabremos que en definitiva sólo era el anuncio de un flashback a punto de comenzar.

Desde que les descubrí bastantes años atrás en FiraTàrrega no he dejado de ser un incondicional de sus producciones. Con un par de palés y esas cajas de madera que parecen salidas de un almacén, te montan una escenografía en un abrir y cerrar de ojos. Es lo que asimismo pasa en este Cyrano, que de paso es, en sí mismo, un ensayo de síntesis.

En escena tres intérpretes y dos de ellos en un cambio permanente de papeles. Excepto Rodo Gener que se consagra, exclusivamente, a darle credibilidad a su recreación de Cyrano de Bergerac. Y lo hace muy bien. Los otros dos, sobresalen especialmente en la encarnación de Roxana (Xavi Núñez) y del apuesto cadete Christian de Neuvillette (Salvador Oliva) protegido de Cyrano, a la vez que amante de Roxana. Cuando hablo de ensayo de síntesis, me refiero precisamente a la capacidad de este trío de actores para simplificar de manera esquemática la historia y, sin embargo, transmitiéndola en su plenitud de matices.

Todo acontece de forma natural, con volumen dramático pese a la escasez de elementos. Todo tiene contenido, pese a la desnudez del escenario. Todo  el relato se expone en plenitud, a pesar de una dramaturgia esquemática. Y todo ello es posible porque en escena hay tres actores de excelente factura.

La aparición en escena de Núñez-Roxanne es de inesperada provocación, aunque precedida por el barrido de miradas perdidas de Oliva-Neuvillette y de Rodo-Cyrano, emerge entonces una suerte de magia que da naturalidad a tan jocosa recreación. Núñez en estado de gracia en su papel femenino. 

Atendiendo a la ficha artística vemos que la dramaturgia la firma Salvador Oliva, siempre ha sido un excelente dramaturgo y director –en esta ocasión dirige Luis Venegas-, aunque es fácil concluir que detrás hay un inmenso trabajo de reflexión y de lluvia de ideas, compartida por los tres actores

Enhorabuena al Teatro Principal de Palma por ofrecerse a coproducir esta inspiradísima versión del Cyrano en clave de teatro existencial. Porque la imagen fija de Rodo-Cyrano en silente significado, al inicio y al final, dota de una profundidad explícita al sentido del compromiso y del sacrificio.