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EL CUADERNO DE PEDRO PAN

Cumplida la última voluntad de Víctor Uris

El directo desenfadado de Uris y el guitarrista Pedro Riestra grabado el 25 de julio de 2015 se edita en un CD póstumo

En un principio nada hacía presagiar que aquel directo desenfadado, en la noche del 25 de julio de 2015, acabaría convirtiéndose en el testamento de uno de los mejores intérpretes de harmónica que ha dado España al blues en las últimas décadas. La trayectoria de Víctor Uris es ya conocida como para ir a contarla de nuevo, aunque no debe descartarse la posibilidad de ver aparecer en el horizonte inmediato una biografía que llegue a revelar aspectos inéditos de su recorrido vital y musical.

Los personajes singulares como Víctor Uris bien merecen estar en las estanterías del buen aficionado. Desde luego no es una costumbre extendida entre nosotros. Nos falta hacer todavía mucho camino para abrazar una tradición arraigada en otros países.

Aquella noche del 25 de julio de 2015 Jaume Rigo reunió en su casa a una serie de amigos para celebrar su onomástica y, entre los invitados, estaban  Víctor Uris y el guitarrista Pedro Riestra, hombre de pocas palabras aunque de excelente digitación para las cuerdas. Cuenta Jaume Rigo, que acabado aquella suerte de recital, ofreció a Víctor Uris una copia de la grabación sin que éste mostrase especial interés, poco dado, recuerda Rigo, a escucharse después de un directo, probablemente por un arraigado sentido autocrítico. 

Los recitales en el formato de dueto tienen una especial relevancia para los músicos, ya sean instrumentistas o vocalistas. Es donde se pone a prueba la calidad artística, sin revestimiento alguno; de manera que todo quedará en manos de la química y de la complicidad entre uno y otro. Pero insisto, en principio no debía ser el caso puesto que hablamos de simple divertimento. 

Aquel vídeo doméstico quedó prácticamente en el olvido, a pesar de que el anfitrión recuerda que vio y escuchó muchas veces aquellas imágenes para él tan reveladoras. Tuvo que enfrentarse Víctor Uris a momentos finales de su vida para rescatar esa cinta, durante nueve años reposando en el cajón de los recuerdos. Una revisión que le llevó a concluir que era uno de los más logrados directos, si no el mejor. Lo que de nuevo nos conecta con el dueto a modo de celebración de la música en su más alta consideración.

Hay un condicionante que no conviene olvidar: cuando se acerca el punto final de nuestra vida es habitual poner la mirada en lo que mereció la pena, incluso en aquello que dejamos de hacer o hicimos mal. Eso precisamente, es lo que hizo Víctor Uris: reclamar a Miguel Ángel Sancho sacar adelante aquella grabación de nueve años, a modo de testimonio de una manera de hacer música. Lucidez los últimos momentos, para saber lo que realmente mereció la pena. Por eso, la insistencia en darle salida a este CD en directo, aun a sabiendas de que él no iba a ver en vida las consecuencias.

A propósito de las consecuencias, me llamó la atención la presencia masiva de amigos de toda la vida en la rueda de prensa acompañando a su viuda en el momento de hacer realidad el deseo póstumo de que viera la luz aquella grabación que había dormido olvidada durante casi una década.

Lo sobresaliente, a mi modo de ver, es que la edición del CD no tiene visos de ser una operación comercial. En absoluto. Porque los beneficios que van a generarse con la venta irán dirigidos directamente a Julia, su viuda, lo que pone de relieve el valor de la promesa hecha por Miguel Ángel Sancho, un caballero de la vieja escuela, aquella que acabó enterrada con la movida de los años 80. Es importante subrayar la importante labor de Mateu Picornell como autor del master definitivo, respetando escrupulosamente el ambiente original, para darle mayor consistencia a la grabación que ha sido editada. 

Estamos ante una proeza discográfica que bien merece ser adquirida por los incondicionales de Víctor Uris, a modo de homenaje y agradecimiento.