OkBaleares
Ocurrió en 2016

Absuelto un hombre acusado de encerrar y violar a una mujer ebria en el baño de un pub de Menorca

Los magistrados concluyen que no se ha acreditado que utilizara la violencia para mantener relaciones sexuales no consentidas

Entienden que el testimonio de la víctima no se ha reforzado con pruebas y que su versión ha quedado contradicha por los testigos

A juicio por violar y robar en varias ocasiones a la dueña de un Bazar de Palma

La Audiencia Provincial de Baleares ha absuelto a un hombre de 29 años juzgado por presuntamente violar a una mujer, aprovechándose de su estado de embriaguez, en el baño de un pub en Mahón (Menorca), en julio de 2016.

El acusado se enfrentaba a una petición de diez años de prisión por parte de la Fiscalía. El juicio tuvo lugar el pasado 23 de enero, de manera que el caso tardó seis años y medio en juzgarse.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los magistrados concluyen que no se ha acreditado que el acusado utilizara la violencia para mantener relaciones sexuales no consentidas con la denunciante.

La Sala entiende que el testimonio de la víctima no se ha reforzado con otros elementos objetivos de prueba y que su versión ha quedado contradicha por los testigos, entre ellos el dueño del bar, y otras pruebas como las imágenes de la cámara de seguridad.

En el juicio, el hombre, defendido por el abogado Miquel Mercadal, se defendió de las acusaciones afirmando que la relación con la mujer fue consentida. El joven reconoció que conoció a la víctima en la discoteca, que ambos consumieron alcohol y que estuvieron hablando; y que después fueron al baño y mantuvieron relaciones. No recordaba con certeza si hubo penetración -aunque se encontraron restos de su semen en la vagina y zona anal de la denunciante- pero en cualquier caso insistió en que no hizo nada en contra de la voluntad de la mujer. «No va conmigo», afirmó.

Así, mantuvo que «lo que pasó fue una cosa de dos» y que de hecho «ella quería más», pero como él «ya había conseguido lo que quería» -que ya había eyaculado, especificó- pretendía irse: «Supongo que le sentaría mal, la dejé como, ahí te quedas». También negó que al entrar en el baño cerrara el pestillo para encerrar a la mujer: «Ni sé si había pestillo», ha dicho.

La denunciante, en cambio, sostenía que el joven la había seguido al baño y que se había metido detrás de ella echando el cerrojo; que la habría empujado hacia los sanitarios, quitado a la fuerza la ropa y violado. En el juicio, la mujer renunció a reclamar una indemnización, que la Fiscalía fijaba en 20.300 euros, pero insistió en que dijo al hombre «que saliera» del baño y «que parara».

La situación terminó cuando el dueño del local les hizo salir. El testimonio del propietario contradecía la versión de la denunciante, ya que aseguró que los dos fueron juntos al baño, hablando con normalidad entre ellos; que mientras estuvo en la puerta llamando no escuchó ningún grito ni ruido; y que cuando salieron lo hicieron tranquilamente y sin decir nada. Las imágenes de la cámara de seguridad concordaba con este relato.

Los forenses no detectaron lesiones en la zona vaginal pero sí en la anal, compatible con una penetración forzosa, aunque se podría dar por otras causas.

Ingesta de alcohol

Los peritos también corroboraron que la denunciante tenía alcohol en sangre y orina, aunque de una muestra tomada unas cuatro horas después de los hechos, cuando la tasa de alcohol ya está bajando. Los doctores manifestaron que la concentración de alcohol podía provocar una ligera somnolencia y disminución de la atención y reflejos.

En su resolución, el Tribunal ha tenido en cuenta que no se acusaba al joven de haberse aprovechado de que la voluntad de la mujer estuviera «anulada» por la ingesta de alcohol, ya que el escrito de la Fiscalía hablaba de que la mujer tenía sus capacidades «disminuidas pero no anuladas», como recoge la sentencia.

Por ello, aunque reconoce que la mujer «tenía limitadas sus capacidades para resistirse a conductas no consentidas», recalca que testigos apuntaron que la mujer no estaba «en el momento de los hechos en un estado tal de intoxicación etílica que había perdido su capacidad de decidir».