Aragón
PROTESTAS DEL CAMPO

Los hosteleros del Tubo de Zaragoza: «Apoyamos a muerte a los agricultores, los impuestos nos asfixian»

Las movilizaciones de las tractoras en toda España han despertado el apoyo de otros sectores de la economía española

El campo se moviliza contra la Agenda 2030, la excesiva burocracia y la competencia desleal de países extracomunitarios

¿Se sumaría el sector de la hostelería a las protestas de los agricultores? ¿El sector primario ha abierto la caja de Pandora? El malestar generalizado de una sociedad empobrecida que soporta una carga impositiva devoradora y una elevada burocracia ha hecho saltar por los aires la opinión controlada por lo políticamente correcto sobre la Agenda 2030.

Solo hace falta caminar un poco por las calles de España y escuchar a los que madrugan todos los días para levantar este país, para darse cuenta que la gente lleva tiempo cansada, y que ve en las tractoradas un reflejo de su misma frustración.

OKDIARIO ha visitado en Zaragoza los establecimientos que dan vida al Tubo, una de las zonas más populares de España para disfrutar de un vino y unas buenas tapas. El propósito ha sido preguntar a los regentes de la hostelería su opinión sobre las protestas de los agricultores. Dos preguntas hemos formulado a todos: si apoyan sus protestas y si, llegado el momento, se sumarían a ellas con sus propias reivindicaciones.

Todos ellos han sido contundentes, y no han dudado en compartir con nosotros su malestar por la situación que atraviesa su sector. Han expresado su apoyo a los agricultores y ganaderos. Y no solo eso. A nuestros micrófonos han asegurado que se sumarían al movimiento, hartos de unos impuestos que les asfixian.

La hostelería con las protestas de los agricultores

«Los apoyo a muerte, lo que está haciendo el Gobierno con esta sociedad no se puede permitir», nos contestaba Emilio, un joven hostelero desde la barra de su bar, Vinos Nicolás. «Están comprando todos los alimentos de fuera, y nosotros somos la huerta de Europa. Sin embargo, a los agricultores de aquí, no les están dando un duro. Me parece lamentable».

Otro de los hosteleros ha sido insistente con la Agenda 2030: «Está habiendo tanto mamoneo con la Agenda 2030, que nos dejen en paz y que compremos productos españoles», contestaba Luis, de El cuartelillo.

«Qué quieres que te cuente. ¡Tienen razón los agricultores, los camioneros y los demás! Con los precios y los impuestos de hoy en día, no se puede vivir. ¿Verdad, caballeros?», ha expresado a otra persona a nuestros micrófonos, mientras miraba a los clientes de su bar.

«Ellos son los que nos dan de comer a nosotros, y no simplemente Bruselas que hace sus leyes sin saber lo que hay verdaderamente dentro», opinaba Flavio, el regente de Pomodoro, una pizzería italiana de la zona.

¿El principio de una gran movilización?

«Tienen todo el derecho a manifestarse. Son además pequeños agricultores», ha expresado el de Bodegas Almau. «Al final, conseguirán que nos sumemos la hostelería», ha añadido.

«Esto tiene que ser el principio, y no parar», consideraba Juan José Luengo, conocido como el Cubero. Un torero que abrió hace unos años una taberna para ganarse la vida, pero que ve cómo, poco a poco, entre los precios al alza y los impuestos, la vida se está poniendo cada vez más cara.

«Te suben el gasoil, la comida, el pan, en definitiva, lo principal para poder vivir. Y sin los agricultores no podemos hacer nada y yo considero que esto tiene que ir a más para que nos bajen impuestos», ha expresado.

«Hoy he ido a comprar el aceite de oliva a 10 euros. Algo hay que hacer. Los sueldos no aumentan, y la vida va subiendo. Apoyamos a los agricultores completamente, y sí me sumaría», ha expresado también el pizzero.

«Estamos cansados de trabajar para no ver una progresión. Estamos aquí intentando todos los días salir adelante, y no vemos un fin. A veces tenemos que quitarnos de nosotros para pagar a la gente, y eso no está valorado ni por el Estado ni por la sociedad. A veces la gente cree que tenemos un negocio y que estamos forrados, y no. Llegan momentos como enero, febrero, llegan los impuestos, la luz, el agua, el alquiler… y es muy complicado. Muy difícil», expresa Javier de Malabares.

«También por las bajas, ahora cualquiera se puede pedir una baja por cualquier gilipollez, y le joden al final al empresario», explica Emilio. «Todos los meses tengo a dos personas de baja y, en una empresa pequeña, es insostenible. Lo comento con compañeros, y me dicen lo mismo. Todos tenemos gente de baja. ¿Cómo lo soluciono? Trabajando los autónomos, mi hermano y yo, y tirando de mi familia. He tenido que contratar a mi hijo», añade otro.

«Sí, me sumaría a ellos, para protestar. Está subiendo todo, desde el alquiler a la comida hasta los impuestos. Sí, me sumaría», expresa insistentemente Manon, de Truco.