La presidenta socialista de Baleares obligará a los comercios a rotular y a atender en catalán

Francina Armengol
La presidenta de Baleares, Francina Armengol. (Foto: EFE)

El Gobierno socialista de las Islas Baleares, presidido por Francina Armengol, ha recuperado la obsesión pancatalanista de su predecesor Francesc Antich. Esta misma semana, el recuperado Consejo Social de la Lengua Catalana, ha aprobado un plan quinquenal al más puro estilo totalitario para imponer el uso de la lengua catalana en la esfera privada de los ciudadanos.

Armengol es una de las baronesas regionales más cercanas a Pedro Sánchez, actual secretario general del PSOE. Suyas han sido las voces más altas y claras, junto a las del catalán Miquel Iceta, reclamando para su secretario general la eventualidad de volver a intentar formar Gobierno de la mano de Podemos en caso de que Rajoy no logre su investidura: “Lo lógico es que lo intente la segunda fuerza política” si la primera no lo logra, algo que, de hecho, Pedro Sánchez no ha descartado nunca.

El llamado Plan de Política Lingüística 2016-2021 no es otra cosa que 136 medidas para forzar a empresas y a particulares a utilizar el catalán bajo coacción administrativa.

Así, los puntos contemplados en el documento adoptado el pasado 7 de julio van desde recomendar hablar en catalán a quien no lo habla, incluso si no lo entiende, hasta aprobar una ley que impondrá el uso del catalán en las empresas privadas: Esta normativa obligará a contratar empleados que hablen en catalán en los establecimientos de atención al público vulnerando la libertad de empresa, ya que las licencias de actividad dependerán de ello.

La imposición afectará a restaurantes, tiendas de venta al público, peluquerías, bancos o clínicas. Todos estos establecimientos deberán rotular obligatoriamente en catalán, bajo amenaza de sanción.

Pero hay más. Siguiendo los pasos de los gobiernos más obsesionados con el catanlanismo lingüístico que ha habido en Cataluña, la iniciativa auspiciada por Armengol prevé subvenciones a escuelas y empresas en función de su grado de cumplimiento de un requisito: que los juegos entre los alumnos sean también en catalán.

No sorprende que la política de Armengol sea favorable al independentismo pancatalanista, pues ella misma ha reconocido orgullosa que militó en asociaciones independentistas en su juventud. De hecho, su padre, el ex alcalde de Inca Jaume Armengol, reconocía en un reportaje publicado por el suplemento del diario independentista ‘Ara’ que Francina “siempre ha estado en el ala nacionalista y más izquierdista del PSOE. Ella es muy de aquí [de Mallorca] pero también se siente muy catalana, porque lo ha vivido así».

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Reportaje del periódico independentista catalán ‘Ara’ sobre Francina Armengol y su padre.

Cabe recordar que el Gobierno de Armengol ha reformado recientemente la estructura del Consejo Social de la Lengua Catalana, que cuenta ahora con hasta 56 vocales, de las más diversas procedencias. Desde organizaciones sindicales de la enseñanza hasta el alcalde de Palma, desde el director de la escuela Oficial de Mallorquín de Manacor hasta el director de la Abogacía de la Comunidad Autónoma. El abanico es tan amplio que Armengol logra así controlar a las fuerzas vivas de al sociedad balear.

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Decreto de reforma de la estructura del Consejo Social de la Lengua Catalana publicado en Boletín oficial de las Islas Baleares. (clic para ampliar)

Poco tiene de social un consejo que preside ella misma en su condición de presidenta del Govern, y que tiene seis vicepresidencias, cuatro de ellas ocupadas por miembros del mismo Ejecutivo. Las otras dos se reparten, una para el rector de la Universidad de las Islas Baleares y la otra para el presidente de la Obra Cultural Balear (OCB).

Precisamente es esta entidad, la OCB, la que más reticencias despiertan entre quienes se oponen a esta inciativa «totalitaria», pues la tachan de «separatista y pancatalanista».

Ciertamente, así se puede inferir de sus propios estatutos de la autodefinición de la entidad, que reivindica «las señas de identidad» que comparten las islas «con el resto de los Países Catalanes [Països Catalans, en la redacción original]». La OCB tiene como objetivo «avanzar hacia la utopía que representa una sociedad más libre, más culta y más consciente de sus derechos culturales y nacionales y hacia un país (unos países) con un autogobierno pleno y con derecho a decidir sobre sí mismo».

Efectivamente, no se puede dejar más claro el carácter independentista catalán de esta entidad, como denuncian los grupos políticos y sociales contrarios a la medida.

El Consejo nació en mayo de 2002, bajo el primer Gobierno de Francesc Antich, y ha ido desapareciendo y apareciendo según gobernaban los socialistas –siempre apoyados por grupos nacionalistas– o los populares en Baleares. Así, durante las legislaturas, primero de Matas (2003-2007) y luego de Bauzá (2011-2015), el Consejo languideció. Pero siempre se ha recuperado con entusiasmo nacional-catalanista en los dos mandatos de Antich y ahora de Armengol.

Ciudadanos denuncia la iniciativa

Xavier Pericay, portavoz de Ciudadanos (C’s) en Baleares, ha denunciado este domingo que «el Govern y sus redes clientelares aspiran a imponer el catalán a todos los ciudadanos de Baleares, de grado o por fuerza».

En un comunicado, Xavier Pericay reitera que el modelo lingüístico de las Baleares no puede ser el impuesto en Cataluña, pues se ha demostrado que sólo crea enfrentamiento social. El portavoz de C’s ha advertido del «asfixiante intervencionismo gubernamental» en materia lingüística.

Según Ciudadanos, la eliminación del plan trilingüe que implantó el anterior Gobierno popular de José Ramón Bauzá, para volver al modelo «del decreto de mínimos y el decreto de lenguas extranjeras», la imposición del catalán como «requisito para aspirar a un puesto en la Función pública balear», son los primeros pasos de lo que ha acontecido con la aprobación de este plan.

«Ahora, el objetivo es el mundo socioeconómico, las empresas privadas y los propios ciudadanos, tomados de uno en uno; se trata, en definitiva, de imponer el uso social del catalán, de grado o por fuerza».

Para Ciudadanos resulta «intolerable y a todas luces anticonstitucional» este paso dado por el equipo de Armegol, que significa «condicionar la presencia en Baleares de una empresa cualquiera al uso por parte de sus representantes o trabajadores de la lengua catalana», ha mantenido Pericay. 

Pericay le ha recordado a Armengol, que en caso de ser nacionalista catalana, ademá de supuestamente socialista obrea española, debe limitar sus aspiraciones «a la intimidad», porque «sus políticas públicas no pueden exponer a los baleares a un proceso análogo al que se ha vivido en los últimos años en Cataluña».

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