Twitter: Pone una valla electrificada para que los clientes del bar no se amontonen en la barra

Este pub inglés se ha convertido en uno de los más compartidos en Twitter. Su dueño presenta un innovador sistema para evitar las aglomeraciones de personas en la barra. La idea surgió al comprobar lo bien que funcionaba con las ovejas, que se amontonaban en la dirección incorrecta, decidió probarlo con los seres humanos. El miedo al coronavirus ha hecho que se busquen sistemas de seguridad para proteger a los empleados de cualquier mal. Esta valla ha sido ampliamente comentada en las redes sociales.

Para que los clientes no se amontonen en la barra pone una valla electrificada

A pub landlord, who got fed up with his punters not social distancing, has installed an electric fence at the bar. Johnny McFadden who runs The Star Inn in St Just and is also a local farmer said: "It keeps the sheep away, and it keeps the people away.” https://t.co/lU8vuBsy9t pic.twitter.com/BUlRWn6Kz1

— Greg Martin (@photogregmartin) July 13, 2020

Este tipo de vallas se colocan en el campo. Es una forma ideal de mantener al rebaño controlado sin necesidad de invertir grandes sumas de dinero. Se instala para advertirles que no deben cruzar la línea. De esta manera se mantienen las distancias de seguridad con las personas que sirven las bebidas.

El confinamiento ha causado estragos en los pubs ingleses. Muchos no estaban acostumbrados a estar en casa y cuando han salido se han vivido escenas surrealistas. Han apurado hasta la última gota de alcohol y puesto en peligro a los trabajadores de este sector. Para evitarlo este pub se pone un paso por delante, aunque con grandes críticas. Comparar a sus clientes con ovejas le ha costado más de un comentario desagradable.

El coronavirus obliga a cambiar por completo la forma de vivir algo tan común como salir a tomar algo. Con el aforo limitado y la barra como principal foco de contacto, nada volverá a ser igual. Quizás este hombre sea uno de los primeros en utilizar este sistema o tal vez acabe con su clientela enfadada, lo que es evidente es que se necesita un control más exhaustivo de los positivos y las distancias de seguridad muy interiorizadas para acabar con este virus.