La consola Ataribox se retrasa

Las consolas retro están más de moda que nunca, pero en muchos casos se trata de pequeños proyectos financiados con plataformas tipo Indiegogo o por el impulso de los entusiastas, que no siempre tienen todas las garantías de convertirse en un producto real (y mucho menos de hacerse verdaderamente populares). Seguramente has oído hablar de la llamada Ataribox, la consola que está creando, en este caso sí, la propia Atari y que busca rememorar los juegos clásicos de la consola Atari 2600 que triunfó en los años 80 y 90. Pues bien, parece que, a pesar de que Atari había anunciado que empezaría a aceptar compras adelantadas para su consola esta misma semana, finalmente la reserva se ha retrasado ya que la compañía ha explicado que necesita algo más de tiempo “para crear la plataforma y el ecosistema que la comunidad Atari se merece”.

La noticia es algo inquietante ya que significa que la Ataribox se va a perder el impulso de las ventas navideñas y, como te imaginas, son proyectos muy basados en generar demanda entre los entusiastas de este tipo de productos de tecnología retro. Así, lo que en un principio puede ser entusiasmo se puede tornar en cansancio y llevar al fracaso al producto. Según algunos medios, Atari ha confirmado que en las próximas semanas ofrecerá novedades sobre los planes de lanzamiento de la consola, pero no es desde luego una situación que genere mucha confianza.

Y es que, a pesar de lo interesante que suena el proyecto de la Ataribox, una consola capaz de hacer funcionar juegos clásicos y también para nuevos títulos de Atari, a día de hoy ni siquiera se conocen las especificaciones exactas. Para empezar, aunque se sabe que el dispositivo contará con un procesador especial de AMD y usará Linux como sistema operativo, no hay detalles ni del hardware ni del software o los juegos que estarán disponibles. Así, si estabas muy entusiasmado con esta espectacular “retro consola”, intenta controlar las expectativas, porque a día de hoy no hay mucho más que unas imágenes y una descripción muy superficial del producto que se cree costará entre 250 y 300 dólares.