Golpe a la mafia rumana del robo de cobre por sustraer 200 toneladas en 102 saqueos de cable
La banda firmaba con pintadas de "la mafia del cobre" sus robos y cobraba a sus miembros una cuota por participar en los saqueos
La mafia del robo de cobre actuó en 8 comunidades autónomas
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Hasta ahora eran los mayores especialistas de robo de cobre de España. La Guardia Civil ha acabado con la mafia rumana que ha arrasado depuradoras y granjas solares de la mitad de España, afectando a ocho comunidades autónomas en total. Una banda dedicada en exclusiva al robo de cable de cobre que no admitía toxicómanos en sus filas y cobraba una cuota a los ladrones que quisieran participar en los saqueos de cables.
La operación se inició hace aproximadamente un año, en junio de 2024, en Valencia, tras sufrir un total de 37 robos de cobre en 48 días. En algunos de los robos, los ladrones habían dejado su firma con la pintada: «la mafia del cobre» retando a los guardias que han terminado ganando el partido a los delincuentes.
La banda rumana de robo de cobre se centraba en robar cables de gran grosor en instalaciones fotovoltaicas, depuradoras y bodegas de vino. Los robos llegaron a afectar a servicios esenciales para la comunidad, ya que provocaron la pérdida del suministro de agua y de electricidad.
Robo de cobre todos los días
Los ladrones actuaban todos los días de la semana en Madrid o desplazándose a las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia.
La banda tenía una estructura jerarquizada y organizada. Un grupo planificaba los goles, otro ejecutaba el robo de cobre y otros ladrones vendían el material robado. Los delincuentes actuaban en rondas de cinco días, en las que cometían varios robos de cable de cobre y se organizaban en células relativamente independientes, que en ocasiones crecían con la llegada de nuevos integrantes desde Rumanía.
Los ladrones eran muy selectivos para reclutar nuevos miembros de la banda. Los recién llegados tenían que pagar una cuota para participar en cada robo de cobre, así costeaban los gastos de cada ronda de asaltos. La banda no aceptaba en sus filas a toxicómanos o personas con deudas económicas.
El cobre robado se vendía en Madrid
Después de cada robo de cable, los ladrones enviaban los cables a una localidad de Madrid para vender el cobre de su interior y refundirlo. Los guardias calculan que el valor total de los bienes robados alcanza los 2,5 millones de euros.
Ante la importante actividad del grupo y su compleja organización, los guardias civiles intercambiaron información con la policía rumana y organizaron la operación en tres fases.
En la primera fase desmantelaron dos de las células de ladrones y se detuvo a once miembros del grupo cuando volvían de cometer un robo de cobre. A continuación, se efectuaron tres registros en domicilios de Getafe (Madrid), donde se detuvo a seis integrantes de otra de las células. Finalmente, durante la tercera fase se detuvo a cuatro personas, uno de ellos encargado de la venta de los bienes robados, de una última célula criminal.
En total hay 21 detenidos de entre 20 y 33 años, de los que 13 ya han ingresado en prisión. Algunos de ellos tenían relación familiar entre sí. Se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza en las cosas, robo y uso de vehículo, usurpación del estado civil y receptación.