Sociedad

Muere al escalar el Everest por demostrar que los veganos pueden hacer cualquier cosa

  • Iñigo Artola
  • Portadista. Redactor de cultura, internacional, política, sociedad y lo que haga falta. Devorador insaciable de series y películas.

La cumbre más alta del planeta, el monte Everest, se ha cobrado nuevas víctimas que se suman a los más de 250 montañeros que han perdido la vida en algún punto del peligroso ascenso hacia, o descenso de, la cima del mundo. Entre los dos fallecidos el pasado viernes 20 de mayo, se encuentra Maria Strydom, una australiana de 34 años que murió a raíz del mal de altura mientras descendía del gigante nevado, después de coronar el 8.000 más peligroso. La otra víctima mortal fue Eric Arnold, de 35 años y procedente de Holanda.

El mal agudo de montaña, producido por una reducción de la presión atmosférica y bajos niveles de oxígeno, causa mareos, fatiga, sensación de vértigo, dolor de cabeza, inapetencia, náuseas, pulso rápido, dificultad respiratoria y dificultad para dormir, y en algunos casos, como este, puede ser mortal.

Strydom tenía la intención de conquistar las siete montañas más altas de la Tierra, los famosos ‘ochomiles’ que constituyen una auténtica hazaña, que se encuentran en la cordillera del Himalaya. Pero a diferencia de otros muchos alpinistas, que intentan esta hazaña por superación personal, la australiana quería demostrar que los veganos pueden hacer cualquier cosa.

Pocas semanas antes de afrontar el peliagudo ascenso, Strydom concedió una entrevista a un periódico de la Universidad en la que trabajaba, la de Melbourne. Según informa el Daily Mail, y según las propias palabras de la fallecida, su intención era desmentir la extendida creencia de que los veganos están malnutridos: «Parece que la gente tiene una idea de que los veganos estamos malnutridos y somos débiles, afirmaba en la entrevista. Al escalar las siete cumbres queremos demostrar que los veganos pueden hacer cualquier cosa y más».

Dispuesta a demostrar su tesis con su propio esfuerzo, Strydom, afrontó la última etapa de la gesta alpina saliendo del Campo Base 4 hacia el el punto más elevado del Everest. No pudo logarlo. Comenzó a sentirse mal y tuvo que abandonar su empeño. Su marido, en cambio, si logró coronar los 8.848 metros. Otro miembro de su equipo, el holandés Eric Arnold, también logró conquistar la ansiada meta, pero fallecía en el descenso después de que su cuerpo no soportara las terrible e inhumanas condiciones atmosféricas de la montaña.

Condiciones que en multitud de casos ha impedido la recuperación de los cadáveres de aquellos que fallecen en el Everest, y que ahora sirven de puntos en el mapa para facilitar a los montañeros su situación geográfica. Pero este no será el caso de Maria Strydom, su marido se aseguró de que el cuerpo de su amada no permanecería eternamente en el punto de la Tierra más cercano al cielo.