Residir en una calle peatonal contribuye a reducir la obesidad
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Pequeños gestos en el día a día ayudan a disminuir las posibilidades de acabar con sobrepeso. Vivir en un barrio peatonal, con parques y transporte público resulta esencial para prevenir la obesidad. Es una de las conclusiones a las que llegó la Escuela de Medicina de la Universidad de California, en Estados Unidos. A continuación te damos más detalles de por qué residir en una calle peatonal contribuye a reducir la obesidad.
Recientemente se acaba de publicar en la edición digital de ‘The Lancet’. Los investigadores consideran que el diseño de un barrio resulta un papel esencial a la hora de llevar una vida activa y que además resultaría de gran valor para disminuir las enfermedades no transmisibles como la diabetes, patologías cardiovasculares o la obesidad.
En este estudio tomaron parte casi 7.000 personas con edades entre los 18 y 65 años, en catorce ciudades de todo el mundo. Utilizaron un acelerómetro, que es un sistema de monitorización que registra la actividad física de moderada a vigorosa durante una semana aproximadamente.
Los investigadores apreciaron en sus estudios que las personas que residen en barrios muy poblados y transitables con calles interconectadas a comercios de todo tipo como restaurantes y tiendas, y cuentan con parques y transporte público, llegaban a realizar a la semana unos 90 minutos de actividad física, que supone algo más de la mitad de lo que aconsejan, que son unos 150 minutos.
El profesor en el Departamento de Medicina de Familia y Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de California y principal investigador de este estudio, James Sallis, explica que analizaron barrios que «varían en nivel cultural y socioeconómico». Los que se construyeron con unas características más ambientales, que apoyan la actividad, presentan una tasa de población que hace más ejercicio.
Hay cuatro aspectos que pueden explicar esta mayor cantidad de actividad física entre los residentes; que son el número de parques, la densidad de calles conectadas, la densidad residencial neta y la densidad de tránsito público. Entre las ciudades que estudiaron en esta investigación se encuentran las siguientes: Bogotá (Colombia), Wellington (Nueva Zelanda), Hong Kong (China), Gante (Bélgica), Baltimore, Seattle, Maryland y Washington (Estados Unidos) y Cuernavaca (México).
En este trabajo descubrieron que los principios ambientales que respaldan la actividad física se extienden a nivel internacional y creen necesario que haya un enfoque integral para el diseño de este tipo de barrios peatonales. Para acabar con el problema de la inactividad física, que afecta a millones de personas en todo el mundo, consideran que lo mejor es buscar la solución al margen del campo de la salud. Recomienda que políticos, urbanistas y funcionarios de parques y de transporte se reúnan para decidir la mejor manera de utilizar los recursos que aumenten la actividad, que además podría contar con beneficios económicos y ambientales.
En realidad se busca que las personas caminen y empleen los transportes públicos para evitar coger el coche. Queda claro que cuando dejas el vehículo estacionado delante de tu casa, apenas llegas a andar unos pocos metros.