Una monja de 86 años triunfa como triatleta

El pasado mes de agosto protagonizó una campaña publicitaria para una conocida firma de ropa deportiva. Para muchos suponía toda una desconocida, pero en el mundo del triatlón ya contaba con bastante popularidad. Se trata de Madonna Buder, una monja que triunfa como triatleta, convirtiéndose en la persona de más edad en esta disciplina. Cariñosamente se le conoce como la monja de hierro, sobre todo por su enorme resistencia para competir en este deporte.

No tiene rivales en la categoría de mayores de 80 años, pero sobre todo porque no encuentran a nadie con esa edad en una prueba tan complicada y exigente. No hay que olvidar que el triatlón se compone de la combinación de tres deportes, como la natación, ciclismo y la carrera a pie. A lo largo de los últimos años ha ido acumulando éxitos en su carrera. Con 75 años se convirtió en la persona de más edad en finalizar un ironman, en concreto el de Hawái, con un tiempo de 17 horas y rozando casi el límite impuesto por la organización. En esta ocasión tuvo que nadar 3,8 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y los 42 kilómetros a pie.

Sin embargo ya tenía experiencia en este tipo de pruebas, ya que con 55 años completó su primer ironman. En cualquier caso, su pasión por el deporte no le viene de joven, como demuestra que el primer triatlón fuese con 52 años. Admite que la motivación es pensar “que la línea de llegada es la puerta de entrada al cielo”. En total ya presume de 45 ironman y 370 triatlones. Sus inicios en el mundo del ejercicio tuvieron lugar con 48 años cuando en un taller impartido por un sacerdote en Oregón les detallaron la importancia que  tenía el ejercicio para cuidar el cuerpo y la mente.

La práctica de trialtón le sirvió para olvidarse de ciertos problemas. Entrena a diario corriendo hasta la iglesia, realiza cuarenta kilómetros en bicicleta y nada en un lago cercano. En cuanto a la nutrición, procura comer importantes cantidades de verduras y frutas crudas, proteína en polvo e hidratos de carbono.