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Cómo huir del efecto rebote

Las dietas milagrosas o temporales suelen tener importantes consecuencias para la salud y para nuestro aspecto una vez que conseguimos el peso ideal. Adelgazar es complicado, pero más difícil será mantenerse. Este tipo de regímenes suelen acarrear un efecto rebote, de ahí que siempre se recomiende realizar un cambio progresivo, para que los hábitos se puedan mantener en el tiempo. Todo el esfuerzo hecho durante la dieta no serviría de nada si más adelante volvemos a las rutinas de siempre. Hoy te enseñamos cómo huir del efecto rebote.

Una alimentación demasiado restrictiva puede llegar a resultar muy peligrosa debido a esas limitaciones, llegando a ocasionar hasta ansiedad. En muchas ocasiones la escasez de recursos y de ideas para elaborar una dieta saludable puede boicotear una rutina a largo plazo.

En primer lugar hay que ponerse en manos de un nutricionista o dietista para que nos ayude a perder peso. No se trata de perder unos cuantos kilos y más adelante volver a lo de siempre. Lo que se pretende es que el paciente tenga una autonomía para que pueda prolongar su buena alimentación una vez que finalice el plan de adelgazamiento. Es importante trabajar la motivación y la gestión de las emociones.

Para ponerse a régimen es preciso contar con una motivación. Debe haber algo que nos lleve a luchar por nuestro objetivo. Esto significa que no vale cualquier momento para iniciar la dieta. En épocas de estrés, quizás no sea lo más aconsejable.

En las comidas debe predominar la calidad sobre la cantidad. Procuraremos asegurar el equilibrio con alimentos como las verduras, frutas, proteína animal o vegetal y cereales integrales. Durante las distintas tomas que hagamos a lo largo del día hay que buscar el equilibrio.

No resulta nada sencillo cambiar los hábitos de un día para otro, y realizarlo de golpe tampoco es lo más conveniente, de ahí que sea mejor desarrollarlo de forma progresiva. Una buena opción es comenzar con unas cenas más saludables, para a continuación centrarse también en las meriendas y desayunos, y acabar con el almuerzo.

Esas restricciones que puede imponer en ocasiones la dieta nos lleva a sufrir una cierta ansiedad. Para que la alimentación saludable resulte más llevadera se propone permitirse u n pequeño capricho de vez en cuando pero sin excederse. También resulta importante no caer en la tentación de picar entre horas y si se hace apostar por algo saludable como la fruta.

Mucha gente se aburre con la dieta porque siempre come lo mismo, de ahí que sea necesario motivarse con nuevas recetas, probando alimentos diferentes que ayuden a huir de la rutina.

Además de la alimentación, también habría que realizar algo de ejercicio físico, ya que además de sentirnos mejor en el plano psicológico, también conseguirá incrementar el gasto energético del cuerpo consiguiendo que la dieta sea amplia.