Cardiología - Investigación Española

Este es el fármaco de apenas 2 euros que protege el corazón si sufre un infarto de miocardio

Este es el fármaco de apenas 2 euros que protege el corazón si sufre un infarto de miocardio

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El infarto agudo de miocardio es una de las principales manifestaciones de enfermedad cardiovascular y el mayor responsable de muertes alrededor de todo el mundo. En España, concretamente, más de 70.000 personas sufren un infarto agudo de miocardio de manera anual. Por esta razón, es tan importante la última investigación que un grupo de investigadores españoles han llevado a cabo sobre el metoprolol, un fármaco antiguo de apenas un coste de dos euros que, según han concluido, protegerá nuestro corazón si éste sufre un infarto de miocardio porque, a diferencia de otros medicamentos, evita la inflamación posterior.

Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado un novedoso estudio de investigación, publicado en el prestigioso ‘European Heart Journal’, que ha sido coordinado desde el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en colaboración con  el Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz, así como con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV).

El mismo proyecto de investigación, liderado por el Dr. Borja Ibáñez, cardiólogo del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz e investigador Senior en el CNIC, ha concluido, además, que gracias a este económico fármaco las personas que sufran un infarto podrán evitar y reducir muchas de las secuelas que quedan tras este tipo de dolencias. De hecho, explican, el metoprolol ha demostrado tener un efecto cardioprotector extraordinario, a pesar de llevar en uso en la medicina desde hace alrededor de cuatro décadas.

El Dr. Ibáñez, también jefe del Departamento de Investigación Clínica de CNIC y jefe de grupo en el CIBERCV, ha señalado que la investigación ha arrojado luz a diversos aspectos del uso de este fármaco, entre ellos, y así lo ha explicado, este trabajo ha demostrado «propiedades cardioprotectoras únicas para metoprolol y supone un cambio de paradigma en el campo de la cardiología y el tratamiento del infarto agudo de miocardio».

Las propiedades cardioprotectoras del metropolol

Ha recordado, además, que en 2013 el ensayo clínico METOCARD-CNIC, liderado y coordinado también desde el CNIC, ya se demostró que la administración muy precoz de metoprolol durante un infarto reducía el daño en el corazón y sus secuelas. Más tarde, concretamente en 2017, el mismo grupo de investigadores investigó cómo y por qué esta estrategia farmacológica simple y barata era tan eficiente. Bien, en esta ocasión el trabajo de investigación demostraba, y así se publicó en ‘Nature Communications’, que el efecto cardioprotector observado provenía de su capacidad de bloquear a los neutrófilos (células inflamatorias que se activan durante las infecciones para eliminar a los patógenos), evitando que se infiltren en el corazón infartado.

En esta ocasión, el equipo capitaneado por el Dr. Ibáñez ha demostrado que las propiedades protectoras del metoprolol no son debidas a un efecto de clase compartido por otros fármacos de la familia de los beta-bloqueantes, sino que son únicas de este fármaco en concreto. La investigación, tal y como asegura el investigador predoctoral del CNIC y farmacéutico Agustín Clemente, primer firmante del citado artículo, ha expresado que los «resultados son muy relevantes ya que refinan la farmacoterapia cardiovascular, y subrayan la necesidad de no sobreentender los fármacos de una misma clase como idénticos en términos de actividad e indicación clínica».

Más de 70.000 personas sufren infartos agudos de miocardio en España

En la misma línea, y teniendo en cuenta las conclusiones de este estudio, las guías de práctica clínica recomiendan la administración temprana de fármacos de la familia de los beta-bloqueantes en pacientes con signos de infarto, sin diferenciar entre ellos. Es por esta razón, entre otras, que los hallazgos de este nuevo trabajo adquieren tanta relevancia a nivel clínico.

Los neutrófilos, además de tener una función protectora frente a las infecciones, pueden «hiperactivarse» en otras situaciones, como por ejemplo durante un infarto de miocardio, y provocar así un daño adicional muy importante al corazón. En este sentido, el metoprolol es capaz de modular esta hiperactivación de los neutrófilos impidiendo ese daño «inflamatorio» asociado al infarto, ha detallado el Dr. Ibáñez.

Por otro lado, la investigación también ha analizado el efecto de los diferentes beta-bloqueantes en otros modelos de enfermedad aguda inflamatoria, como el daño pulmonar o la peritonitis. En todos ellos, señalan los investigadores, el metoprolol se mostró como el único beta-bloqueante capaz de reducir el daño a estos órganos infligido por los neutrófilos hiperactivados. Estos hallazgos podrían tener impacto en patologías donde el daño asociado a una hiper-activación de los neutrófilos contribuye al daño del órgano, como pueden ser la sepsis o incluso la Covid-19. De hecho, el equipo liderado por el Dr. Ibáñez está realizando en este momento un ensayo clínico en pacientes ingresados en la UCI del Hospital Universitarios Fundación Jiménez Díaz por la COVID-19, que están recibiendo de manera precoz metoprolol intravenoso y se está estudiando el efecto en el daño pulmonar infligido por los neutrófilos. El ensayo “MADRID-COVID” es un ejemplo de colaboración multidisciplinar entre el CNIC y varios servicios del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, como son cardiología, medicina intensiva, neumología, y biobanco.

Uso de técnicas de microscopía intravital 3D para estudiar las células

A partir del conocimiento generado por este grupo sobre el efecto cardioprotector del metoprolol, ahora se ha podido evaluar el efecto directo sobre el neutrófilo gracias al uso de técnicas de microscopía intravital 3D. «Esta tecnología de imagen avanzada que fue desarrollada recientemente por otro investigador del CNIC, Andrés Hidalgo, nos ha posibilitado estudiar los cambios en la cinética y morfología celular que ocurren en el neutrófilo y que se encuentran asociados al tratamiento farmacológico con metoprolol, pudiendo así descartar un efecto directo sobre esta población de otros beta-bloqueantes intravenosos como atenolol o propranolol», ha señalado Clemente.

En colaboración con el departamento de Bioinformática del CNIC, los investigadores efectuaron estudios computacionales con el objetivo de evaluar el impacto que cada uno de los fármacos beta-bloqueantes estudiados tenía sobre el receptor adrenérgico tipo beta-1, diana de esta familia de fármacos. «De manera inesperada, hemos visto que, pese a ser de la misma familia, cada fármaco individual interactúa de forma distinta con el receptor adrenérgico beta-1, lo cual conlleva un cambio de estructura del receptor diferente en función del fármaco, induciendo una señalización molecular específica y un efecto celular concreto y único en el caso de metoprolol», comenta el Dr. Eduardo Oliver, farmacólogo investigador del CNIC y del CIBERCV.

Por su parte, el Dr. Oliver ha añadido que, «a diferencia de los otros beta-bloqueantes estudiados, el metoprolol, cuando se une al receptor beta-1 adrenérgico, provoca un cambio de la estructura intracelular del mismo, que favorece que se abra y pueda interaccionar con otras proteínas de su entorno, que serían las responsables del efecto inhibitorio único sobre la actividad del neutrófilo».

Hasta ahora se pensaba que los fármacos beta-bloqueantes ejercían su efecto únicamente por impedir la unión de la adrenalina al receptor beta-1 adrenérgico, pero estos resultados confirman que la unión de metoprolol al receptor, además de bloquear la acción de la adrenalina, activa otras vías intracelulares, concepto que se conoce como «agonismo sesgado».

La investigación concluye, además, que el metoprolol debe ser un fármaco de elección en la práctica clínica frente a otros miembros de la misma familia. «Si se confirman estos datos en futuros ensayos clínicos, supondrá un cambio en las guías de uso clínico frente a esta devastadora enfermedad, ya que metoprolol, y no otro, debería ser el beta-bloqueante de elección para pacientes que estén sufriendo un infarto», ha finalizado el Dr. Ibáñez.

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