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Espasmo acomodativo: así es el nuevo riesgo ocular por el abuso de pantallas

El esfuerzo constante por enfocar de cerca puede inducir, inicialmente, a una “falsa miopía”

El uso intensivo de móviles, ordenadores y tabletas obliga a nuestros ojos a mantener un esfuerzo constante, dificultando su descanso y recuperación. Este estilo de vida, marcado por la exposición prolongada a pantallas desde edades cada vez más tempranas, está provocando un fenómeno conocido como espasmo acomodativo: un trastorno visual que, si no se detecta y trata a tiempo, puede comprometer seriamente la salud ocular de la población en los próximos años.

El espasmo acomodativo surge cuando el ojo se ve sometido a un esfuerzo continuado para enfocar de cerca sin pausas adecuadas, lo que puede desencadenar síntomas como visión borrosa, fatiga visual o dolores de cabeza. Aunque en apariencia pueda parecer una molestia pasajera, el Dr. Luis Valentín-Gamazo, oftalmólogo del grupo Miranza —líder en oftalmología en España, con cerca de 40 centros en todo el país—, advierte:

«Este esfuerzo constante puede alterar la forma del ojo y favorecer el desarrollo de la miopía, probablemente debido a un estímulo que aún no conocemos del todo».

La miopía se produce cuando el globo ocular es más alargado de lo normal, lo que provoca que la luz se enfoque delante de la retina en lugar de sobre ella, generando visión borrosa de lejos. Aunque la genética juega un papel importante, también influyen factores ambientales como el uso excesivo de pantallas. Por eso, la miopía va en aumento, y se estima que para 2025 la mitad de la población mundial será miope.

La importancia de un diagnóstico preciso

El espasmo acomodativo puede derivar en lo que se conoce como miopía falsa, un defecto visual que simula miopía real pero es reversible. Sin embargo, si este esfuerzo visual excesivo persiste, el alargamiento ocular puede llegar a ser irreversible, derivando en una miopía verdadera, que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades oculares graves.

Afortunadamente, su diagnóstico es sencillo. «El oftalmólogo puede detectarlo fácilmente mediante una prueba que consiste en aplicar gotas oculares que relajan temporalmente el músculo ciliar, responsable de la acomodación. Esto permite comprobar si la miopía es real o consecuencia del espasmo», explica el Dr. Valentín-Gamazo, de Miranza Santander.

Un trastorno con solución

El espasmo acomodativo tiene tratamiento. En algunos casos, basta con utilizar una corrección óptica leve para facilitar el enfoque de cerca. También pueden emplearse fármacos en dosis muy bajas, como la atropina diluida, y adoptar hábitos visuales saludables que fomenten los descansos y la exposición al aire libre.

Eso sí, la cirugía refractiva (destinada a corregir miopía) está contraindicada en estos casos.

«No podemos operar un ojo que aún está cambiando. Antes de intervenir, es imprescindible descartar que se trate de una miopía falsa, y eso solo se consigue con una exploración adecuada», aclara el especialista.

¿Cómo prevenir los espasmos acomodativos?

El Dr. Valentín-Gamazo recomienda seguir estas pautas para proteger la vista: