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Consejos para la primera consulta al dentista

Todos recordamos la primera consulta al dentista como algo caótica. Con nervios y sin saber bien lo que nos van a decir.

Todos recordamos la primera consulta al dentista como algo caótica. Con nervios y sin saber bien lo que nos van a decir.

Es importante que preservemos nuestra salud bucal, pues de lo contario, y de mayores, podemos tener serios problemas en nuestros dientes. Apunta estos consejos para la primera consulta al dentista.

Informarse de todo lo posible

Cuando llegamos a la consulta, es normal que tengamos un mar de dudas, pero podemos estar tan nerviosos que entonces olvidamos desde lo que nos dicen a lo que queremos preguntar. Es el momento de hacerlo y de tener siempre en cuenta los posibles consejos que el profesional nos puede dar.

¿Cómo ir sin nervios?

Hay personas que tienen fobia a la consulta del dentista, por lo que evitan ir. Pero no saben que con ello están demorando cualquier problema bucal que podemos tener. Una manera de ir bien tranquilos al dentista es pensar en que ellos son profesionales y sabrán solventarnos nuestros problemas. Podemos hacer meditación, haber tomado una fusión relajante antes de la visita, respirar hondo antes de entrar o simplemente ser sinceros y decirle al dentista que estamos muy nerviosos.

Distracciones con otros temas

Además de informarnos, si debemos ir para un tratamiento, lo mejor es solventarlo pronto. Y para estar algo más relajado podemos llevarnos un libro, una revista, idear una historia en nuestra mente, consultar la Tablet y ponernos a trabajar, etc.

Primeras consultas para revisiones

Lo normal es que durante la primera cita en el dentista sea para realizar una revisión de nuestra boca. Y además suele ser gratuita, así que lo mejor es recibir un feedback del dentista para tomar decisiones posteriormente en base a lo que nos diga sobre nuestros dientes.

¿Qué hacemos cuándo vamos con niños?

La situación se complica cuando vamos con niños al dentista por primera vez. Suelen estar tremendamente nerviosos y no quieren sentarse en los sillones por miedo a que el dentista empiece a tocar la boca. Les debemos explicar que solo van a mirar, que el sillón es fantástico y tiene diversos mandos para subir y bajar, como si de una nave espacial se tratase… Y darle toda la confianza posible para que aparque el miedo.