Lo hacemos todos y es la ruina: el error que estropea las patatas fritas caseras, según un chef
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A todos nos encanta disfrutar de unas patatas fritas crujientes, saladas y con ese sabor único que solo las frituras caseras pueden ofrecer. Sin embargo, conseguir que queden perfectas no siempre es fácil. ¿Cuántas veces hemos intentado hacerlas en casa y, en lugar de quedarnos con una textura crujiente y dorada, terminamos con unas patatas blandas, aceitosas o, en el peor de los casos, quemadas? No te preocupes, esto tiene solución y es mucho más sencillo de lo que parece.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que conseguir el punto perfecto depende de un par de factores claves. Por suerte, grandes chefs como Dani García han compartido sus trucos para lograr ese acabado dorado y crujiente que buscamos. No se trata de ningún secreto elaborado ni de técnicas complejas, sino de prestar atención a detalles sencillos que pueden transformar un plato común en algo espectacular. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber para hacer unas patatas fritas perfectas.
No cometas este error con las patatas fritas
Antes de llegar al momento de la fritura, todo comienza con una correcta preparación de las patatas. Uno de los errores más comunes a la hora de hacer patatas fritas es cortarlas de manera desigual. Cuando no tienen el mismo grosor, algunas se cocinan antes que otras, de forma que algunas quedan demasiado hechas y otras crudas. Dani García señala que es esencial pelar y cortar las patatas de forma uniforme, sin importar el tamaño exacto, pero sí que todas tengan un grosor similar para asegurar una cocción homogénea.
Para ello, lo ideal es cortar las patatas en tiras finas o medianas, según tus gustos, pero siempre manteniendo el mismo grosor en todas las piezas. Si prefieres hacerlas más gruesas, asegúrate de que las rodajas o bastones sean del mismo tamaño. Una vez que tengas las patatas cortadas, es importante lavarlas bien para eliminar gran parte del almidón y que no se peguen entre sí durante la fritura. Cuando el agua de salga completamente transparente, sabrás que las patatas están listas para el siguiente paso.
Una vez lavadas y secadas, es el momento de sazonarlas. Es aquí donde Dani García ofrece otro truco que muchos desconocen: la sal. En lugar de añadir la sal después de la fritura, como muchos estamos acostumbrados a hacer, el chef recomienda sazonar las patatas antes de freírlas. Esto no sólo mejora el sabor, sino que también ayuda a extraer el exceso de agua de las patatas. Al añadir la sal en este momento, la sal atrae la humedad restante y permite que las patatas se cocinen de mejor y queden crujientes.
Fritura
El gran secreto para unas patatas fritas perfectas está en la fritura. A muchas personas les cuesta conseguir el punto exacto de cocción, y es muy fácil que las patatas queden demasiado blandas o se quemen en la sartén. El cheff tiene la solución: freír las patatas en dos cocciones. Esta técnica asegura que las patatas se cocinen de manera uniforme y se deshidraten correctamente, logrando ese crujiente tan deseado.
- La primera cocción se debe hacer a fuego medio. En este momento, las patatas seguirán soltando agua, lo que provocará que se hundan en el aceite. Durante esta fase, es importante no sobrecargar la sartén, para que las patatas no se amontonen y se cocinen de manera uniforme. A medida que vayas removiendo las patatas, verás cómo se empiezan a dorar y a formar una ligera capa crujiente en su exterior.
- La segunda cocción es la clave para lograr ese crujiente perfecto. Una vez que las patatas han soltado su agua y están ligeramente doradas, es el momento de subir el fuego a alto y dejar que las patatas se cocinen hasta que floten en el aceite y adquieran un tono dorado. Éste es el momento en que se deshidratan por completo, lo que les da esa textura crujiente que tanto buscamos. Es importante vigilar las patatas para que no se quemen, y asegurarse de que todas se cocinen de manera uniforme.
- Cuando las patatas estén doradas y crujientes, sácalas con cuidado del aceite y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Esto evitará que queden aceitosas y les dará una textura aún más crujiente. Al final, tendrás unas patatas fritas doradas, crujientes por fuera y suaves por dentro, el acompañamiento perfecto para cualquier plato.
Para conseguir unas patatas fritas perfectas, es fundamental elegir un aceite de buena calidad, preferiblemente uno con un alto punto de humeo, como el aceite de girasol o el de cacahuete. Esto asegurará que las patatas se frían de manera adecuada, evitando que se empapen en exceso y queden blandas.
Además, la temperatura del aceite es clave: debe estar bien caliente antes de sumergir las patatas. Si el aceite no alcanza la temperatura adecuada, las patatas no se dorarán correctamente. Otro consejo importante es no sobrecargar la sartén. Freír las patatas en varias tandas permite que se cocinen de manera uniforme y crujiente.
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