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Receta de Callos madrileños caseros

Esta receta de callos madrileños caseros son una receta repleta de amor y de buenas sensaciones. Toma nota de los pasos necesarios para crear un plato tradicional impresionante.

Los callos madrileños caseros son un plato contundente con nombre propio. El arte de cocinar unos buenos callos está reservado a aquellos cocineros que conocen a la perfección recetas con mucha tradición como ésta. Con una materia prima de excepción, la calidad de los callos marcará la diferencia en este plato. Vamos a prepararlos con mucho amor y la cantidad justa de guindilla, con ese toque picante que desatará una pasión por el buen comer desenfrenada. Con un poco de pan y un buen vaso de vino tinto disfrutaremos al máximo de uno de los símbolos de identidad de toda una nación. Atrévete con unos maravillosos callos madrileños caseros, el resultado merece la pena.

Ingredientes:

Cómo preparar unos callos madrileños caseros

  1. Vamos a empezar esta receta preparando la base, los callos son un ingrediente que suele generar sentimientos enfrentados, hay gente que los adora y otros no pueden con ellos por el simple hecho de conocer la parte del animal del que se hacen.
  2. Lo importante de los callos es que estén muy limpios. Los lavamos en casa con abundante agua fría. Escurrimos los callos y los dejamos bien secos.
  3. Seguimos con la cebolla. La pelaremos y cortaremos en trocitos del mismo tamaño, con que la dejemos cortada en cuatro cuartos nos servirá.
  4. Para esta receta lo mejor es utilizar una olla exprés, se cocinarán mucho más rápidamente y quedarán igual de tiernos. Colocamos los callos en la olla, le vamos a colocar la cebolla cortada en trocitos, los ajos, la sal y el vino.
  5. Cubrimos todo con agua y cocinamos durante una hora. Pasados unos 50 minutos colocamos aceite de oliva en una sartén, le agregamos el pimentón y mezclamos fuera del fuego para que no se queme.
  6. Colamos los callos una vez estén cocinados. Le añadimos el pimentón que hemos mezclado con el aceite caliente. Le daremos en este momento el toque de guindilla. Agregamos un poco de agua de la cocción y volvemos a cocinar durante unos 15 minutos más.
  7. Le incorporamos la morcilla y el chorizo cortados en trocitos. Tendremos listo un plato con nombre propio y un sabor realmente espectacular. Atrévete a probarlos, son una maravilla que se cocina muy fácilmente con los ingredientes adecuados.