Opinión

Ya se dice en Hamlet: «Algo huele a podrido en Dinamarca»

Decíamos en un reciente editorial que Sara Aagesen -primer apellido de la nueva ministra de Transición Ecológica- debía significar en danés, donde funde sus raíces, algo así como «llevárselo crudo», porque su marido y su hermano pequeño  tienen una startup dedicada a la tecnología limpia que atiende al nombre de Te Consulting House 4 Plus SL, con marca comercial teCH4+, según consta en el Registro Mercantil.

Y decíamos que dicha sociedad había recibido del Gobierno del que la ministra Sara Aagesen es ahora miembro ayudas por importe de 204.600 euros, que es la parte que le correspondió por su participación en un consorcio empresarial regado con 702.487 euros  de una subvención gubernamental cuando era asesora de Teresa Ribera. Cuando ascendió en el escalafón y fue nombrada secretaria de Estado la empresa de su marido y hermano recibió otras ayudas por un total de 171.300 euros.

Pues bien, todo esto se queda pequeño ante lo que hoy desvela OKDIARIO:  Harald Aagesen, el hermano mayor de Sara Aagesen, nueva vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha recibido en los últimos cinco años más de 1,2 millones en contratos públicos del Ejecutivo, formando ella parte del mismo como secretaria de Estado de Energía entre enero de 2020 y el pasado 24 de noviembre.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha adjudicado al menos 80 contratos de servicios y suministros, incluidos también menores, a la empresa Hottinger Brüel & Kjaer Ibérica SLU a través de hasta siete ministerios distintos (Defensa, Ciencia, Industria, Trabajo, Interior, Hacienda y Transportes). Esta sociedad, de origen danés como el padre de la ministra, se dedica al sector de la instrumentación acústica. En definitiva, que la familia Aagesen se ha situado casi a la par que la familia Sánchez.  Su capacidad para nutrirse de fondos públicos es directamente proporcional a la facilidad con la que se mueven los Sánchez.  Ya se dice en Hamlet: «Algo huele a podrido en Dinamarca».