Opinión

Supervivencia «de precisión» y miedo

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Este es, probablemente, el post más fácil de los que he publicado en este papel digital. ¿Razón? Porque hablo de algo que empiezan a padecer millones de españoles, mientras alrededor el miedo al futuro va in crescendo.

Escribo sobre algo que se ha puesto de moda, ¡qué remedio! Todo el mundo habla de la gasolina, de la cesta de la compra, del imposible pago del gas y de la luz, elementos básicos todos ellos para la subsistencia. Hasta tal punto que desde a agricultores, transportistas, restauradores, a las siderurgias que todavía quedan en España, piensan seriamente en un cese de actividad para no producir en pérdidas.

¿Cómo reacciona el Gobierno ante una situación tan crítica que está terminando por sí misma con el mítico e inexistente Estado de bienestar?
Lean. La ministra de Hacienda, una tal María Jesús Montero, la señora que mantiene un succionador en la mano que mete en el bolsillo de los contribuyentes, lo ha dicho con ese gracejo inmarcesible que la acompaña: “Los que creen que la gasolina está muy cara, que se compren un coche eléctrico…” Se necesita ser muy desvergonzada y estúpida para despacharse con esa gracieta de una ex comunista que se llena la boca con la defensa de los más pobres.

No es la única. Ahí tienen a Yolanda Díaz, que con un mohín de desprecio cuando le preguntan por su gasto en luz y calefacción, despacha el asunto con esto: “No sé lo que gasto, esas son facturas del ministerio…” Y así, hasta el infinito. Este Gobierno que presume de ser el más progresista/feminista de toda la historia de la humanidad vive una realidad paralela, completamente distinta a la del resto de sus gobernados. Ellos disparan con pólvora del rey, la mayor parte no hubieran alcanzado nunca el nivel de vida que han conseguido por ser profesionales de la política. Pero no es necesario que lo refrieguen cada día en los morros del contribuyente.

Sánchez ha dicho que vienen tiempos duros; en realidad ya venían antes de la guerra de Putin. Tiene suerte, el trampantojo. Siempre encuentra una excusa para el “yo no he sido…” Huye de la realidad como gato escaldado y la realidad es esta:

-Subvenciones a los sindicatos: un 20% más.

-Dinerito para Irene Montero: 20.000 millones para “políticas de igualdad…”. Sí, 20.000 millones para el ministerio de la gran estadista que ha asombrado al mundo con su invento de la “diplomacia de precisión”.

¿Habría más política de igualdad que dotar a las amas de casa españolas, esas sí que hacen honor a la condición feminista, con esa morterada de millones en momentos tan dramáticos? Resulta una desvergüenza que mientras la vicepresidenta Calviño estima en 12.000 millones los añadidos por necesidades energéticas, su colega presuma de lo que birlará a los españoles más necesitados con sus “políticas”. ¿Qué es eso de “políticas de igualdad”? Me lo explique. Mientras tanto, 20.000 millones del ala que exprimen inmisericordes los bolsillos de los trabajadores.

Y en esto llegó Borrell: apaguen las calefacciones, cierren el grifo del gas si quieren parar a Putin. Y, ¿los ejércitos de la comunidad internacional libre para qué están?

Esto ya es cuestión de supervivencia. Salvo para ellos, claro, los de la nomenklatura. El miedo al futuro se extiende como una mala guerra y una letal pandemia.