Opinión

«O Sánchez o yo»: una manera de acabar con la pesadilla

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

En el último cara a cara parlamentario con Pedro Sánchez, el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, propinó tal paliza al gran y presunto corrupto que sólo un irredento caradura pudo aguantar el castigo sin presentar ipso facto su dimisión.

Al grano. De los 21 congresos nacionales del Partido Popular he asistido como periodista a 18 de esos cónclaves que de alguna manera marcaron el medio siglo de existencia de la formación de centroderecha.

El que se celebró el pasado fin de semana se me antoja distinto y distante a todos los anteriores por circunstancias bien descriptibles. Básicamente, porque la entonces AP y luego el PP nunca tuvieron delante en la izquierda otra cosa que dirigentes demócratas, fundamentalmente, Felipe González. Pero, sobre todo, porque aquel Partido Popular que empezó tímidamente con Fraga y luego con Aznar no tenía a Vox a su derecha y ahora existe. Y, pese a quien le pese, ahí está vivito y coleando gracias al apoyo de las nuevas generaciones. Esto es así y no es de otra manera.

Núñez Feijóo, en efecto, acertó al convocar al XXI Congreso Nacional, aprovechando la adversidad suprema del adversario. También por necesidad de introducir cambios sustanciales en la alta dirección popular, por un lado, pero, evidentemente, intentando aprovechar el hundimiento del führer Sánchez y, al mismo tiempo, marcar territorio. Le ha salido niquelado…

En cuanto a los nombramientos y los mensajes fundamentales. Pero con esa deriva irrefrenable a la equivocación que ha demostrado este PP desde julio del 2023, ya han empezado a joderla, como dirían en Navarra. ¿Era necesario anunciar urbi et orbi que no habrá, en ningún caso ni en cualquier circunstancia, Gobierno con la derecha de su derecha? Ha optado por un camino arriesgado, sin duda.

Lo más importante para Feijóo, en el tramo esencial de su carrera política, con 63 años al hombro, es la conquista definitiva del poder de la nación española. Su gran reto vital y profesional. ¿Lo tiene fácil ante el hundimiento absoluto del taimado adversario? Yo no diría tanto, porque siempre aparecerá en cualquier vaticinio lo ocurrido el 23J. Hay algo en lo que ha dicho verdad: «O Sánchez o yo». No hay otra. Los españoles tendrán que plantearse esa disyuntiva cuando sean llamados a pronunciarse. O Sánchez o Feijóo…¡Allá cada uno con su responsabilidad!

Tengo para mí que la muchachada de Génova 13 tiene bien aprendida aquella nación de hace dos años. No se puede colgar el cordero en la barbacoa cuando todavía chozpa por el campo. Nunca una inmensa mayoría de la sociedad española del actual siglo aspiró a mandar al averno a un jefe de gobierno que tanto le ha tomado el pelo… ¡nunca!

¿La hora de Feijóo? Sí, debería.

P. D. No siempre a lo largo de su ya abigarrada vida política estuve de acuerdo con todo lo que hacía Cayetana Álvarez de Toledo. Sin embargo, poner en sordina su capacidad parlamentaria, su talento para transmitir hechos descriptibles y su gran sustento intelectual es tan injusto como ridículo. Su incorporación al Comité Ejecutivo Nacional del PP me parece una magnífica decisión del jefe de centroderecha.