Opinión

La imagen de la Familia Real en verano

No hay la más pequeña duda de que este verano, los Reyes deseaban cumplir con los medios de comunicación de forma generosa y ofrecer varias oportunidades de captar imágenes de la Familia Real al completo durante sus 10 de días de vacaciones en la Isla de Mallorca. Frente a los encuentros convocados por el departamento de Comunicación de la Casa del Rey en años anteriores, escasos en algunas ocasiones y haciéndose de rogar por los reporteros para poder tomar con sus cámaras suficientes instantáneas o videos para sus empresas, esta vez no ha habido pegas.

Los Reyes y sus hijas en la Sierra de Tramuntana y el Monasterio de Lluc; la Familia Real al completo, la Reina Sofía incluida, en una salida para cenar en un popular restaurante próximo a Palma; la visita de doña Letizia con la Princesa Leonor y la Infanta Sofía al Club Náutico, donde posaron en el velero Aifos con el que don Felipe ha participado en la regata de la Copa del Rey; y una cena más el día antes de abandonar la isla que les ha acogido desde hace cuarenta años en la residencia de Marivent.

Después de esas apariciones… la nada, el silencio total un año más, hasta su reaparición después de una o dos semanas de descanso vacacional que más que privado, se puede calificar de íntimo y totalmente secreto. Desde el principio de su matrimonio, los Reyes han querido disfrutar de unos días de privacidad total y absoluta, que sólo ha sido traspasada por la foto de algunos compatriotas españoles que habían coincidido con ellos de forma casual en algún otro país del extranjero. La Casa del Rey, a preguntas de los informadores, siempre ha defendido el derecho de la Familia Real a gozar de ese tiempo de vacaciones fuera del foco de los paparazzis como algo indiscutible. Y a diferencia de la decisión tomada por otras casas reales, que han decidido reglar esas comparecencias aunque los medios gráficos no estén muy de acuerdo, en España se ha optado por guardar un mutismo absoluto cuando se pregunta por el destino vacacional de los integrantes de la monarquía.

Las razones esgrimidas por el equipo de alta dirección del Palacio de la Zarzuela es que si se diera a conocer el destino de los Reyes y sus hijas sería imposible evitar que les siguieran por todas partes, fisgaran todos sus movimientos y salidas y ellos no podrían disfrutar de esa anhelada privacidad a la que creen tienen un más que razonable derecho.

Y la Casa del Rey, se supone que siguiendo instrucciones de los propios Reyes, no ha  querido optar por otras salidas como la de ofrecer unas imágenes a posteriori de la Familia en las que se informara del lugar escogido por ellos para esos días de intimidad total y absoluta. En los tiempos que corren, es difícil confiar en que algunos medios respeten unas normas que no aprueban porque piensan que perjudica sus intereses y les impide hacer su agosto.