Opinión

La ignominia como forma de hacer política

El nivel del independentismo catalán podría resumirse en la figura de Èric Bertran: demasiada ignominia y muy pocas luces a la hora de ejercer la actividad política. El secretario de Inmigración del PDeCAT —la antigua CDC del 3%— arguye con la brillantez de una guijarro que es «una vergüenza» que Carme Chacón sea distinguida con la Cruz de San Jordi porque «incluso su velatorio se ha hecho en Madrid». No hacen falta más que sus propias palabras para definir a este representante público que a los 14 años fue detenido por enviar mensajes con amenazas terroristas a grandes empresas como Mercadona o Leche Pascual. Al modo nacionalsocialista, enarbolando una «pureza de sangre» inquisitorial y represiva, les exigía rotular sus productos en Catalán. Con semejante nivel ético e intelectual no es de extrañar que los catalanes rechacen la independencia de un modo mayoritario según el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CEO). Bertran hace el ridículo por la osadía de su ignorancia. Si a alguien le sobran méritos para recibir el mayor reconocimiento público de la Comunidad esa es Carme Chacón. 

La primera ministra de Defensa en la historia de España no sólo coleccionó una hoja de servicios al alcance de muy pocos. Además, ejerció de catalana militante. Nacida en Esplugas de Llobregat, dijo que «Cataluña tiene que votar una reforma constitucional sobre un pacto territorial de convivencia, y luego sobre el estatuto de autonomía». Una catalana española y una española catalana que demostró que los reclamos autonómicos y el sentido de Estado podían ir de la mano sin necesidad de sediciones ni conflictos recurrentes. Quizá ese fuera su pecado capital a los ojos de los golpistas. La familia de Carme Chacón ha tenido que soportar el desprecio de los radicales después de su muerte. La plataforma independentista Arran, que de la mano de Anna Gabriel y David Fernández intentó asaltar la sede del PP en Cataluña, ha escrito en Twitter: «Se va otra criminal sin pagar por sus crímenes». Zafiedad a la que se ha unido el batasuno Víctor Rubio, que la ha definido como «la dama negra de los desahucios”, en referencia a su etapa como titular de la cartera de Vivienda. Postulados falaces e irracionales como los citados anteriormente sólo demuestran el clima de represión que tratan de instaurar tanto en Cataluña como en el País Vasco.